El periódico más prestigiado de Hong Kong, The South China Morning Post, informó sobre la irrupción de un nuevo virus mortal:

El coronavirus de Wuhan se extiende en China y más de dos mil 500 personas han sido detectadas con la infección alrededor del mundo. Los casos han sido confirmados en Asia, Norteamérica y Europa.

Wuhan, donde se originó el virus, sigue siendo el centro de la erupción. Los hospitales están saturados con pacientes que muestran síntomas, esperando ser examinados. Al menos 24 hospitales en Wuhan piden donaciones, necesitan suministros como máscaras, gafas de protección y batas para médicos y enfermeras.

La Comisión Nacional de China envía mil 230 médicos asistentes a Wuhan para ayudar en la lucha contra el virus.

Cientos de obreros trabajan sin parar para construir un centro de emergencia Wuhan. Hasta mil pacientes podrán ser hospitalizados en el nuevo edificio. Las autoridades chinas no asumen riesgos. Restricciones de viajes se establecieron en más de 15 ciudades en la provincia central de Hubei.

Más de 32 millones de personas viven en áreas bajo cuarentena.
Lugares turísticos populares como el parque Disney en Shanghái, partes de la Gran Muralla China, la Ciudad Prohibida y las Tumbas Ming están cerradas durante el Año Nuevo Lunar.

Disneylandia y el Ocean Park en Hong Kong también estarán cerrados hasta nuevo aviso. Hong Kong ha declarado el brote de virus una emergencia: “el más alto nivel de advertencia”.

Las vacaciones escolares por el Año Lunar han sido extendidos durante dos semanas extra y un maratón en la ciudad ha sido cancelado. A pesar de la emergencia, la líder de Hong Kong, Carrie Lang, descarta cerrar las fronteras de la ciudad con China Continental.

Mientras tanto cientos de millones de personas viajan a sus lugares de origen en el Nuevo Año Lunar. Las autoridades esperan que el número de infecciones con coronavirus aumente aún más.
Para saber lo que pasa en China hay que leer un periódico de tradición independiente de Hong Kong como The South China Morning Post, fuera del control oficial de Beijing.Hasta ayer domingo se contabilizaban 80 muertes por el virus.

Unos 13 mil kilómetros en el otro lado del mundo hay un estado que vive una emergencia terrible: en el mismo lapso de tiempo que han muerto en China 80 personas, en Guanajuato fallecieron 380 víctimas del virus de la violencia incontrolada.

China tiene mil 400 millones de habitantes y su densidad de población es alta. El virus puede convertirse en una pandemia, en una tragedia humanitaria y económica. El brote del virus, que surgió de un murciélago, infectó a fauna silvestre que se vendía en mercados populares de Wuhan. Será un freno para la segunda economía mundial. Tal vez más que la última infección del SARS o síndrome respiratorio agudo grave.

El mundo se sorprende por los riesgos sanitarios de la época y también por la decidida respuesta de las autoridades chinas ante la emergencia. Xi Jinping organizó un equipo del más alto nivel para atender con todos los recursos posibles el problema, encabezada en tiempo completo por el premier Li Keqiang.

¿Qué necesitamos hacer para parar, como una verdadera emergencia, las masacres cotidianas en Guanajuato? ¿Cuántos recursos podemos utilizar para evitar que gente inocente, desde madres embarazadas hasta infantes mueran sin sentido?

Si actuáramos con la urgencia de los chinos, tendríamos toque de queda en Celaya; carreteras resguardadas por cientos de elementos policiacos. Tendríamos el apoyo decidido del Gobierno federal con tantos elementos como los que fueron enviados a la frontera sur. Pero, sobre todo, un liderazgo sin ataduras, sin compromisos con ese pasado que tantas vidas cobra ya.
 

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