Los telescopios colocados en el espacio tienen la enorme ventaja de que sus imágenes no son perturbadas por los fenómenos y variaciones atmosféricas como ocurre con los telescopios colocados en la superficie de la Tierra.
El ejemplo más claro de estas perturbaciones es el cintilar de una estrella pues esto es debido a un efecto atmosférico (cambios de densidad en el aire). El que veamos que las estrellas varían en su intensidad como los focos de un adorno navideño, de hecho no ocurre.
En realidad la luz emitida por una estrella es constante (salvo raras excepciones en fenómenos transcientes) y esto es precisamente lo que se observa en el espacio, tanto por astronautas como por telescopios.
Después de dieciséis años en el espacio el telescopio “Spitzer” de la Agencia Espacial Norteamericana (NASA) será apagado. Este es un telescopio de visión infrarroja que permitió observar el nacimiento y muerte de estrellas, así como mapear la Vía Láctea, encontrar otros sistemas planetarios, observar cometas y los planetas de nuestro sistema solar así como buscar otras galaxias en los lugares más alejados del universo.
Esto fue posible pues mucha de la luz visible del cosmos es bloqueada por polvo interestelar sin embargo los detectores del telescopio Spitzer están optimizados para trabajar en el infrarrojo y por tanto son capaces de penetrar y ver a través de estas nubes de polvo estelar sin mayor problema. Podemos decir que este telescopio permitió “destapar” el universo, “levantando” el velo que lo oculta en el espectro visible.
El telescopio Spitzer fue enviado al espacio el veinticinco de agosto del año dos mil tres en una órbita que sigue a la Tierra alrededor del Sol. Su nombre honra al astrofísico Lyman Spitzer, que en el año de mil novecientos cuarenta y seis propuso por primera vez colocar telescopios en el espacio. Originalmente se estimó que operaría durante poco más de dos años sin embargo solo hasta los seis años de operación se le terminó el helio líquido necesario para mantener los instrumentos a temperatura óptima de operación.
A pesar de esto se siguió operando el telescopio aunque ligeramente bajo sus estándares óptimos. Esta situación se extendió hasta ahora en que se cumplen dieciséis años de operación. Debido a su órbita el telescopio se encuentra cada vez más alejado de la Tierra y por tanto es más difícil comunicarse con él para darle instrucciones.
Actualmente se encuentra a doscientos setenta millones de kilómetros de la Tierra. Además apagar el telescopio permitirá enfocar recursos para el próximo telescopio infrarrojo, el “James Webb Space Telescope”, que será lanzado en el año dos mil veintiuno.
Dentro de los muchos logros del telescopio Spitzer también destacan: Descubrimiento de un nuevo anillo de Saturno. Esto se logró observando la débil señal infrarroja del nuevo anillo, y descubrimiento de un nuevo sistema solar que contiene a siete planetas orbitando una estrella doble TRAPPIST-1.