Cosas de la vida; la convocatoria enorme que canaliza la legítima ola de protestas de las mujeres para el día de hoy, coincidió en el ritmo de la vida con el 8 de marzo.
Veníamos de un enero con debates sobre la indolencia de gobierno y la sociedad sobre los feminicidios y que fue coronado con el desdén que hizo el Presidente AMLO hacia la protesta de cientos de mujeres en Palacio Nacional el 18 de febrero y que fue en opinión, “la gota que derramó el vaso”.
Colectivos de mujeres convocaron a la movilización, ésta se viralizó y henos aquí, frente al hecho.
La mecha ya estaba prendida. El Presidente AMLO pudo haber enfocado de otra manera su atención, pero no ignorar el incremento de los feminicidios y menos hacerlo con el argumento de vender a los votantes la idea de “la rifa que no es rifa del avión que no es avión”.
Se trataba de atender el reclamo y reconocer que, como gobierno, debe él atender la problemática junto con la sociedad y las empresas.
Ya teníamos al menos dos años con evidencias de la inconformidad social. No solo era un asunto de equidad de mujeres con hombres, sino el sub registro de los feminicidios y en general, la responsabilidad que tenemos como sociedad en la discriminación que hacemos a las mujeres y el incremento impresionante de la violencia en todas sus formas contra ellas.
Coincidió digo, con el Día Internacional de la Mujer, el que conmemora la lucha de la mujer por su participación, en igualdad con el hombre, en todas las esferas de la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona.
El 8 de marzo es fiesta nacional para las mujeres en algunos países y fue institucionalizado por decisión de las Naciones Unidas en 1975, con el nombre de Día Internacional de la Mujer.
En México, aunque no había tenido tanta difusión, podría ser recordado como el día de la gran marcha de las mujeres, cuando nos movieron a la sociedad a voltear a donde no habíamos querido voltear.
Hoy domingo, en todo el País, las mujeres mexicanas, el 52% de la población, saldrán a las calles, después de una convocatoria enorme en redes sociales para protestar contra todas las formas de discriminación y violencia que tenemos contra ellas.
Será este domingo, con seguridad, la mayor movilización que tenga registrada la historia de México en medio de una aceptación general para que el lunes en medio de su ausencia, valoremos que son la otra mitad de nuestra historia.
La realidad es que todavía, en la mayor parte de las esferas de la vida diaria, en México, en Guanajuato y en León, seguimos siendo enormemente inequitativos con ellas.
Los presídiums de eventos gubernamentales están formados por hombres. Los directores de escuela son mayoritariamente hombres; los principales empresarios también; los supervisores en la industria lo son.
Los mejores sueldos y posiciones son de los hombres y los puestos de trabajo operativos se encargan a las mujeres con sueldos más bajos.
La violencia, de acuerdo a estadísticas como las del Secretariado Nacional de Seguridad Pública, se concentra también en ellas donde el hombre ejerce fuerza y violencia traducida en feminicidios.
Decidimos aplicar un sondeo a 295 mujeres de todos los estratos sociales en la ciudad, con un cuestionario de 14 preguntas relativas a la “igualdad de género”.
A las preguntas de “¿cómo se refleja en su opinión, la inequidad con las mujeres?”; respondieron las encuestadas que en: “sueldos diferentes”, “en oportunidades diferentes”, “en discriminación de género”.
La percepción de que existe discriminación hacia las mujeres, la aceptan el 72% de las encuestadas. Sobre las causas de la discriminación, las respuestas incluyen “el machismo”, “nuestra educación”, “nuestra cultura”, “las leyes” y en cuanto a las posibles soluciones para erradicar la discriminación, señalan: “la educación”, “leyes equitativas”, “eliminar el machismo”.
Específicamente sobre la violencia hacia la mujer, las encuestadas consideran que sí existe en nuestra sociedad leonesa, el 65%.
Sobre “cómo se expresa la violencia”, afirmaron el 31% que “en la familia”, “el 22% en el trabajo”. Acerca de las actividades para los siguientes días, consideran participar en la movilización el 15%, “posiblemente” el 23% y definitivamente “no” el 57%.
Entre las razones que argumentan para no participar en la marcha, mayoritariamente es que “es un día de descanso”.
En la pregunta de si “¿considera que la marcha y el día de asueto serán de utilidad para cambiar la inequidad hacia las mujeres””, respondieron que “sí” el 20%, que “un poco” el 38% y que “no” el 42%.
De acuerdo a estos datos, no se esperaría una movilización grande en León; nuestra ciudad es, además, poco dada a marchas, plantones o huelgas. Más bien, no las tenemos. Pero podría esperarse en este movimiento apartidista, una salida a las calles de miles de mujeres.
La convocatoria, como se ha dicho muchas veces por parte de las organizaciones convocantes, no es contra el gobierno de AMLO, incluso ni siquiera es en contra del varón, aunque el Presidente la ha descalificado y etiquetado como un “movimiento conservador de la derecha”.
Lo que estoy seguro, es que la marcha de hoy es en favor de una nueva cultura y reglas de convivencia donde vivamos en igualdad de condiciones, mujeres y hombres.
Sería de esperar que después de la gran marcha del domingo y el lunes, el “día sin mujeres”, que tuviéramos mejores indicadores de respeto, equidad, oportunidades, para ellas.
Que fuera una oportunidad privilegiada para que, en todas las esferas de la vida, logremos una sociedad equitativa entre mujeres y hombres.
* Director de la Universidad Meridiano, AC