Como la yesca en el campo que prende a la menor chispa, así se propagó lo que será un movimiento apabullante. “El 9 Nadie se Mueve”, iniciado por un pequeño grupo de mujeres veracruzanas, ha cobrado ya una fuerza insospechada.

Será propuesta, reclamo, exigencia para que las mujeres sean amparadas con leyes severas ante la enorme tragedia actual: el feminicidio.

Los gobiernos y la sociedad en una proporción alarmante, durante años se tornaron indiferentes y hasta cómplices por omisión ante un fenómeno criminal de lesa humanidad.

Baste mencionar que “las muertas de Juárez” no fueron una, ni dos, sino cientos. Las ultimaron en todo momento sin que las autoridades establecieran ni estrategias y menos leyes para protegerlas o castigar severamente a los responsables, quienes disfrutaron de condenable impunidad.

Los teóricos del absurdo llegaron a sustentar que esos crímenes se cometían porque las mujeres en edad de laborar y generalmente madres solteras, dejaban a sus hijos en el abandono, lo que los convertía en vagos, viciosos y hasta criminales.

Esa teoría estúpida por irracional y anticientífica, fue dejada como en el aire, para que quien quisiera creerla, lo hiciera. 

Así las autoridades se lavaban la conciencia y marginaban su evidente responsabilidad ante un fenómeno que creció irremisiblemente.

Los feminicidios han sido, sobre todo en los últimos tiempos, nota cotidiana, en número y lugares del país.

Se encendieron los focos de alarma por parte de la sociedad, pero los gobernantes, de todos los niveles y colores, le dieron la espalda, otra vez, a la maldad criminalizada. Por eso ahora la autoridad se alarma frente a una propuesta y protesta que sacudirá, sin duda alguna, la conciencia nacional.

El Gobierno Federal, que encabeza López Obrador, primero intentó descalificar la idea achacándole al neoliberalismo los feminicidios. Cuando los estudiosos hicieron notar que esos crímenes se registran en todo el mundo, independientemente de ideologías, por falta de leyes y procedimientos que los penalicen, entonces deslizó la idea que era, el movimiento “El 9 Nadie se Mueve”, una actitud de oposición a su gobierno.

Lo más sorprendente fue que en al debate entrara el Procurador General de la República para, con una posición nada clara frente al feminicidio, tratara de imponer definiciones y reformas a procesar; o sea, puras ideas. Fue rebatido por grupos feminista, legisladoras, activistas, hasta partidarias del gobierno actual.

Es pertinente no perder el hilo conductor de esta realidad.

¿Qué es lo que, en realidad de verdad, se pretende con esa protesta, si así se le quiere denominar?

La obviedad está presente: un día sin mujeres en México demostrará que existen, física, familiar, social y políticamente, y que representan un valor hasta ahora no apreciado cabalmente.

Estará claro que su reclamo no se cifra únicamente en el procesamiento de leyes que las protejan frente al feminicidio, no; sino que les brinde la sociedad mexicana en la realidad, el reconocimiento de todos sus derechos, pero principalmente al valor de su dignidad.

La mujer es todo: ama de casa, educadora y hasta ya mayor cuidadora de infantes, para ello AMLO eliminó las guarderías, con la idea de que el dinerito que recibiría la madre, se lo diera a la cuidadora, ya grande o no, hogareña llamada abuelita. 

A la mujer se le ha tratado en México con desprecio a grado que un ex presidente de la República, de infeliz memoria, las llamó “lavadoras de dos patas”. ¿Quién protestó ante semejante bajeza? Nadie. Se tomó como una gracejada más, no como insulto.

Aquí y ahora, si a alguien se le quiere ofender, le “mientan la madre”. Y la progenitora, ¿qué culpa tuvo de las torpezas  o burradas del actor?
Va a llegar, el Nueve ya cercano, en momento que a las mujeres urge se les reconozcan sus derechos. Uno de ellos, que no es el único: a trabajo igual, salario igual. 

Absurdamenten en muchas actividades, al masculino le pagan un sueldo; a la mujer otro más bajo. ¡Y realizando lo mismo! Tal vez hasta con mayo eficiencia ellas.

Los antifeministas van a decir, para mostrar su enojo por “El 9 Nadie se Mueve”, que al rato se va a reclamar sueldo del cónyuge, para su consorte por ser ama de casa.

Eso parecería como pisar los terrenos de lo absurdo, pero no estará mal, ni será injusto en ningún sentido, que se entidad que lo que gana el hombre, debe compartirse en un buen sentido y proporción, con la mujer que lleva la casa en calidad de esposa y madre o compañera.

No, no le van a pagar como sirvienta o trabajadora doméstica pero debe disfrutar de los bienes que son comunes incluidos los ingresos.

La mujer en el hogar, si es que no labora fuera, queremos que lo haga todo: cocinera, planchadora, lavandera, aseadora, que sepa prender el boiler, que ponga un empaque a la llave del agua que gotea y cambie el fusible si se funde y se va la luz. Todo ella.

Este “9 Nadie se Mueve”, ojalá y que sea un campanazo no solo al Gobierno, sino a la sociedad mexicana en su conjunto, para que veamos que la mujer es un ser humano, con altísima dignidad y derechos, a la que por siglos se le ha tenido humillada, sometida y si se quiere decir algo fuerte: ¡Esclavizada!

Hay quienes tienen a su esposa, mujer o pareja en calidad de secretaria; le dan únicamente para el salón de belleza porque la presencia es importante. Ellos gastan en sus wiskis, cogñaques y botanas con los amigos. ¿Es justo?

Califíquelo cada quien.

El Nueve puede ser un principio de liberación, que a los machos a la antigüita les podrá causar escozor.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *