La noticia del coronavirus ha causado alarma en el mundo. Están surgiendo nuevas enfermedades que pueden propagarse rápidamente, sobre todo, en las ciudades grandes, ya que se concentran muchas personas en un solo espacio; el contacto corporal es inevitable, tos y estornudos a nuestro derredor, las superficies son tocadas por miles de transeúntes y el mismo aire es compartido al aspirar y exhalar.

Como se ha informado, se cree que el coronavirus proviene de algún animal de un mercado de la ciudad de Wuhan, China. La mayoría de los animales transportan bacterias y virus que pueden causar enfermedades en los humanos. La crisis del VIH/SIDA se originó en los simios. La pandemia de gripe aviar vino de unas aves, y los cerdos ocasionaron la pandemia de gripe porcina.

El síndrome respiratorio agudo severo (SARS) provino de los murciélagos, animales que también son sospechosos del origen del ébola. Las ratas y ratones pueden ser portadores de un tipo de virus que en humanos causa un síndrome pulmonar grave, que puede llegar a causar la muerte de forma rápida, y también fueron transmisores de la peste bubónica que aniquiló a gran parte de la población europea.

El cambio climático y la globalización están alterando la forma en que interactúan los animales y los humanos. El planeta es un ecosistema vivo y cualquier cambio puede afectar a las poblaciones de seres vivientes que lo habitan. Por lo general, se piensa sólo en los animales y las plantas, pero también los microbios forman parte de ese ecosistema y buscan formas de sobrevivir; saltar a otras especies es una forma de lograrlo.

En México no tenemos la situación de China, Italia o España, pero ya hay algunos casos de coronavirus y la situación del País podría agravarse si no se toman medidas de precaución. La enfermedad se transmite a través de las gotas de saliva y los mocos de personas enfermas, quienes al estornudar o toser sin cubrirse boca y nariz adecuadamente, dejan el virus en el aire o en sus manos, infectando luego los objetos que tocan y, posteriormente, pasan sus manos contaminadas por ojos, nariz y boca.

Aunque también hay personas que sólo son transmisoras sin que por ello manifiesten síntomas.
Recientemente hice un viaje y las personas en los aeropuertos tosían sin taparse la boca con algún pañuelo y sin recato alguno; los baños de lugares públicos sin jabón líquido o con una pastilla de aspecto dudoso; la gente se sigue saludando de manos, besos y abrazos, y no acatan las medidas preventivas que no han dejado de pregonar las autoridades responsables.

Por desgracia, el presidente AMLO no ayuda recomendando seguir con los acercamientos físicos y diciendo que el coronavirus es una invención de los conservadores para afectar su gobierno. Es diferente ser irresponsable o ponerse paranoico, a ser precavido. Ninguna medida de prevención está de más.

El problema que tenemos las y los mexicanos es que nos es difícil seguir órdenes e indicaciones y no somos una ciudadanía disciplinada. Así también la fiesta nos gana y nos encanta estar en reuniones platicando con las amistades, y además somos una sociedad de individuos que queremos ser la excepción y que las reglas se apliquen a las y los demás.

El pensamiento de yo no me voy a contagiar y yo no soy el que contagia, cuídense los otros, no puede existir. Este panorama podría ser un gran obstáculo para acatar las medidas de prevención que se requieren en estos momentos.

Las indicaciones del sistema de salud para evitar contagios son: Lavarse las manos con frecuencia, especialmente después de sonarse la nariz,  toser o estornudar. Hacerlo con agua corriente y jabón, restregando muy bien cada parte por lo menos durante 15 segundos, enjuagando completamente y secándolas con un papel o toalla limpia. Aprender a toser y estornudar, cubriéndose boca y nariz con un pañuelo desechable, que luego tira a la basura, o con el brazo o la manga, si estornuda y no tiene pañuelo.

No use las manos para cubrirse la boca, así no infectará luego los objetos y personas que toque. No saludar de mano, beso o abrazo. 
Ahora hay que quedarnos en casa y ser socialmente responsables.
 

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