Ánimo
Una vez más lo logramos, llegamos al viernes, que en tiempos de coyuntura como los que vivimos sin duda que vale al doble.
La incertidumbre nuevamente ha aparecido, en esta ocasión no es directamente por un tratado comercial, tampoco por una situación económica, que dicho sea de paso no está en su mejor momento, lo es un por un motivo de salud, de protegernos los unos a los otros.
Industrias como el automotriz han comenzado a sentir los estragos de una pandemia que ha ocasionado que los insumos comiencen a escasear, aunado al tener que tomar una decisión de protección y prevención de sus colaboradores antes de que la palabra “hubiera” sea la excusa de no haberlo realizado antes.
Toyota, Mazda y Ford son las armadoras que hasta ahora han anunciado la pausa en sus operaciones, sin embargo el resto pese a comunicar que seguirán de manera normal, saben que en cualquier momento la situación puede cambiar, esperamos que no suceda así, pero en verdad en cualquier momento esto puede cambiar.
Pareciera que la solución es bajar las cortinas, dejar de ir a trabajar, hacer las actividades desde casa, que sin duda que ayudaría en mucho a evitar una mayor expansión de la enfermedad en México.
Pero es una situación que solamente algunos podemos hacer, siempre y cuando seamos responsables con la situación, y no nos engañemos pensando en que el hacerlo desde nuestra sala, comedor o recamara nos permitirá bajar la productividad, productividad que hoy más que nunca debemos reforzar por el bien de nuestras empresas, de nuestra economía y de nosotros.
Nuestros respetos
Sin embargo cuando apenas sales a la calle, y recorrer unos cuantos kilómetros, nos damos cuenta de que definitivamente no todos pueden parar, que existen ciudadanos que el tan sólo estar ausentes de su trabajo, significa simplemente no poder trabajar, y por ende no recibir esos 150 pesos, 250, 500 pesos que sirven para alimentarse y alimentar a su familia.
O ¿cómo es que puede hacer trabajo de oficina un pespuntador?, ¿un mecánico? ¿un vendedor de una tienda en una plaza comercial?, ¿un repartidor de bebidas y alimentos?, ¿un carnicero?, ¿un abarrotero?, ¿un encuestador de Inegi?, no, definitivamente será difícil que podamos verlo.
Sin embargo los que podemos hacer trabajo desde oficina y los que no podemos, existe algo que en conjunto si podemos lograr, y es el ser responsable con nosotros, con nuestras familias y amistades respetando las diversas medidas de limpieza para evitar un brote de coronavirus del cual nos lamentemos el resto de la vida.
Y antes de cerrar el tema, gracias, gracias y nuestros respetos a todos aquellos que son parte del sector médico, y que hacen de forma profesional su labor que desde hace unas semanas y esperemos no por mucho tiempo será intensa.
Los leemos
Sabemos que existen personas que a partir de esta semana han comenzado a proponer diversas ideas para que su trabajo y el de sus compañeros siga siendo eficiente, pese a no estar en sus centros de trabajo.
Queremos conocer justamente esas ideas que les están ayudando a ustedes, pero que podrían replicarse en muchos otros lugares de trabajo, que créanme, no les ha sido fácil a sus directivos y a los propios trabajadores el tener que dejar sus oficinas y que las actividades se sigan desarrollando normal.
Y sabe que es entendible, pues en la mayor parte de las empresas locales se ha trabajado desde su concepción de forma tradicional, y la resistencia aparece, aunque también su preocupación por poner a salvos a sus empleados, sin descuidar las finanzas.
Así que si usted estimado lector está haciendo algo efectivo para que los objetivos sigan cumpliéndose en sus empresas, adelante, escríbanos para compartir su historia ya sea en esta columna o en la sección de Valor Agregado.
Sin hacer pausa para ser doblemente productivos.