El ataque viral que sufre la humanidad nos está haciendo vivir experiencias inéditas como sociedad. Todo está cambiando a pasos acelerados.
La nueva realidad exige esfuerzos innovadores para adaptarnos a las nóveles circunstancias.
La emergencia está sobre nosotros, solo la solidaridad y la promoción de nuestras virtudes cívicas nos sacarán a flote.
Y sin temor a equivocarnos, el cultivo de la confianza mutua intracomunitaria, es la primera etapa para librar con donaire el reto de salud y miedo. De ahí que la confianza se convierta en un requerimiento enormemente valorado.
No nos equivoquemos, es la certidumbre en el prójimo lo que siempre ha puesto a flote a la humanidad frente a la adversidad. De ahí que una y otra vez, aunque vapuleados, nos hemos levantado para continuar la senda de la civilización.
En Guanajuato capital esperamos pronto el ataque del famoso coronavirus. Ante las advertencias, poco a poco la ciudad empieza a apagarse, asumiendo la recomendación de aislarse en sus casas.
Se abren entonces momentos para la reflexión sobre el entorno y sus descomunales problemas, y en cómo guiamos y mantenemos nuestro municipio, nuestra casa común, en este ambiente amenazante.
Es entonces, cuando descubrimos que nos encontramos bajo la grave amenaza no solo de uno, sino de dos virus, cuya combinación puede ser avasalladora.
El Covid-19 es ya famoso, y estamos repletos de información sobre él. Sabemos que en ciertos individuos puede ser mortal, y que las medidas que se tomen tienen el efecto de retardar la infestación.
El peligro real, no es la enfermedad que provoca el virus, sino la posibilidad de morir, por la saturación de los servicios de alta especialidad.
Pero también la sociedad de Guanajuato capital ha detectado otro bicho, agresivo, nefasto y que nos pone en peligro como colectividad ante esta terrible pandemia. Se trata de nuestro alcalde, Alejandro Navarro, quien no desperdicia oportunidad para cometer torpezas y abusos.
Su gestión comenzó como un chiste, pretendiendo que los turistas que llegan a Guanajuato capital sean solo los ricos y despilfarrados, proponiendo ahuyentar a los parias hacinados en camiones destartalados que visitan la ciudad con lonche.
El chascarrillo, que alcanzó repercusión nacional, resultó un insulto para todos. Pero eso solo fue el comienzo, la saga continuó.
Conforme ha transcurrido su administración, Navarro ha testimoniado no solo su incompetencia, sino su mala fe y su aviesa predisposición a sacar ventajas del cargo, por medios inconfesables, pero conocidos por los ciudadanos.
Ya se ha acumulado una larga lista de equívocos, desatinos y acciones dolosas, colmando la paciencia de los habitantes de la cañada. Decimos basta.
El nefasto funcionario usa las patrullas para ser conducido, junto con sus cuates al juego de futbol en la vecina ciudad de León; se hace el occiso ante la omisión del cobro multimillonario de derechos a un privilegiado medio de comunicación capitalino; impone aumentos estratosféricos de cuotas a los comerciantes ambulantes y locatarios de los mercados; se encapricha en construir oficinas administrativas municipales en áreas ecológicas.
No para ahí. En la última semana el edil fue descubierto por nuestro periódico am. He aquí que, para publicitarse como gobernante dadivoso, compró 20 mil pares de zapatos para repartir a niños estudiantes.
La vergonzosa maquinación fue descubierta: compró al doble de precio los zapatos, quedando al descubierto el monto del moche obtenido en la maniobra: 50%, equivalente a un milloncito.
Para hacer más patética la cuestión, los zapatos resultaron chanclas desechables, que se desbarataron a la primer puesta.
En el edén de Navarro el ordenamiento territorial ha sido una inconmensurable oportunidad para tracalear usos de suelo y asignar, previa dádiva, lotificaciones, permisos de venta, cambios de uso de suelo y licencias de construcción indebidas.
Acompañado de su secuaz favorito, el alcalde se alió a depredadores del medio ambiente, autorizando permisos para desarrollos urbanos en la mismísima sierra de Santa Rosa, en el área natural protegida de la presa de La Purísima, y en el margen de preservación ecológica del Camino Antiguo a Marfil.
Como lo ha denunciado el Observatorio Ciudadano de Guanajuato, el desleal munícipe ha traicionado su lucha por mantener la integridad paisajística y ambiental de La Bufa y cerros colindantes, al obsequiar sendas autorizaciones a algunos propietarios, para que comiencen a urbanizar (Oficios DAU 1730/2019 y DAU 0654/2019).
Larga y desgastante lucha nos espera a los habitantes de Guanajuato para defender los cerros emblemáticos de la ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Pero sigue la mata de la corrupción, dando frutos en el municipio capitalino. Aprovechando el acceso a la vieja presa de Burrones, en donde nunca se construirá la llamada presa de la Tranquilidad, el gobernante, en claro conflicto de interés ha conminado al IMPLAN a que le sean otorgados cambios de uso de suelo para urbanizar la zona.
Los terrenos pertenecen a… atinó, a un familiar. Curiosamente el presupuesto de este año asigna a “limpieza” de la presa 14 millones de pesos. Todo cuadra para el agandalle.
La trompicada administración carente de orden y rumbo, ha repercutido en el seno del ayuntamiento. Ahora se encuentra dividido entre los incondicionales y cómplices del alcalde y sus opositores, hartos del bandidaje desatado en el espacio municipal.
Los enfrentamientos han ido escalando al punto de generarse fuerte discusiones entre el presidente y los regidores y sindico, especialmente representantes mujeres. Y es aquí en donde ha quedado revelado el carácter machista, lo que faltaba, del funesto funcionario.
Con inusitada patanería ha infringido agravios a sus compañeras de Cabildo. Enojado porque le niegan su voto, usa el espacio de asuntos generales para reconvenirlas airadamente por su desencuentro, en asuntos mal planteados o respaldados por obscuras razones.
La instalación de un aceitado sistema de corrupción en el municipio, es notorio desde hace varios trienios. Pero nunca había llegado tan lejos, ni hecho alarde de tanto descaro y cinismo.
Hoy Guanajuato y los municipios en general, requieren ser gobernados por los más capaces y talentosos perfiles políticos, para poder librar la severa crisis que se aproxima, esforzándose por sostener los servicios elementales y reordenando la administración y sus finanzas.
No hay espacio para traidores, porque los funcionarios corruptos son eso, traidores sociales que depredan los recursos de todo un pueblo, en el momento de mayor apremio.
Otra más. El municipio de Guanajuato no debe ser endeudado para construir un museo para exhibir cadáveres; ni siquiera son capaces de comprar zapatos a buen precio, imagínense los moches por los contratos de proyectos ejecutivos y obra pública.
Por cierto, el municipio carece de una contraloría funcional que vigile las responsabilidades y aplique sanciones a los malos funcionarios. Esa posición la ostenta un débil personaje al servicio de un amo.
Así las cosas, las arcas municipales están abiertas ad líbitum, para que los malos funcionarios les metan mano, sin el menor temor a ser descubiertos y penalizados.
Ayer diputados federales panistas, cerraron filas y pidieron al gobierno federal tomar con seriedad la pandemia de COVID-19. Tienen razón y hay que respaldarlos.
Acá en Guanajuato capital, los ciudadanos también cerramos filas para pedirles a los diputados estatales del PAN y de los demás partidos, que colaboren para combatir el otro virus que nos atribula. Es urgente que Alejandro Navarro sea retirado del cargo ¡ya!