Declara Eduardo Ortega Chowell, presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Celaya: “Si ya batallamos con la inseguridad, ahora nada más nos faltaba esto (la contingencia por el coronavirus)” Iguales expresiones tienen los pares de las otras grandes ciudades del corredor industrial quienes ya solicitan condonaciones o posposiciones del pago de los impuestos locales y estatales ante las circunstancias.

Aunque todavía estamos en fase 1 ya muchas instituciones públicas y privadas comienzan espontáneamente la fase 2, es decir la del aislamiento, es decir, la cuarentena que significa recluirse voluntariamente hasta quince días y se generalizan las medidas preventivas más simples, es decir no saludar de mano o beso, lavarse intensamente las manos y usar gel antibacterial, así como evitar las concentraciones masivas de todo tipo.

Todavía no se reportan contagios comunitarios, solo de personas que se relacionan con otras que llegan del extranjero como fue el caso de un periodista alemán que llegó a cubrir el Rally de Guanajuato. Esto pudo evitarse de haber suspendido dicho evento. Pero al parecer, siguen privando los intereses económicos sobre otros. Sin embargo, estos hechos obligaron a repensar a grupos religiosos, deportivos, culturales, entretenimiento.

Hace pocos días un colega médico se quejaba de la lentitud de las autoridades sanitarias para hacer frente a la pandemia y ponderaba las medidas adoptadas por Corea del Sur al reducir sus casos con la aplicación de miles de pruebas, como estaba en consulta no quise replicarle que no hay punto de comparación, ni en lo demográfico ni en lo económico, pues ni en los mismos Estados Unidos se cuentan con miles de pruebas.

Será en el próximo mes cuando se sienta en toda su extensión, la cantidad de contagios comunitarios y la capacidad de respuesta de los servicios de salud que aseguran son suficientes y eficientes para controlar la pandemia. A Italia le ha ido mal por la renuencia de la población al aislamiento y a las simples medidas preventivas. Ahora rebasan el número de muertes que, en China, nación que ya controló la progresión de la enfermedad.

Dicen que el miedo también es contagioso por lo que es conveniente cotejar las informaciones recibidas con varias fuentes y no difundir mensajes de temor infundados para no contribuir a ese estado de pánico que nos hace más vulnerables a las noticias falsas también llamadas “Fake News”. No hay que dar crédito siempre a las redes.

Hay opiniones en el sentido de que están son maniobras comerciales para afectar la economía, sin embargo, no explican cómo beneficia y a quien ya que se trata de un fenómeno mundial en el que todas las naciones salimos perdiendo mucho o poco.

Por lo pronto no hay que dejar de seguir las simples medidas de aislamiento, distancia social, no saludos, lavado de manos exhaustivo y aplicación de antiséptico local en manos y superficies de contacto, evitar sitios muy concurridos y no creer todo lo escrito.

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