Hay gente que no le da agua ni al gallo de la pasión, esa frase se la escuché decenas de veces a mi abuela, que era más sabia de lo que yo podía imaginar en mi niñez. La epidemia global que sufrimos, para algunos es un parteaguas social, moral y económico. Yo coincido con Savater, “ha habido plagas desde que los seres humanos tienen memoria y habrá muchas más”, y el olvido tiene tantas capas de polvo, que al día siguiente cuando todo pasa, la vida sigue igual.
En este contexto de epidemias malsanas, siguiendo la tónica de la odiosa primera persona, le voy hacer un par de confesiones. En septiembre del 2018 fundé una organización social que se llama Alianza Ciudadana Celayense, su horizonte, era sencillo casi un ideal cristiano-, “ayudarse los unos con los otros”. Desde entonces a la fecha, han sucedido decenas de cosas que han cimbrado la vida política de Celaya, y en las que su presencia ha sido puntual.
Y bueno, añado que su fundación se dio con una docena de almas pías, que al igual que otros, en la epidemia electoral del 2018, fueron casa por casa pidiendo el voto para ser regidores, diputados, o presidentes municipales. ¿Lo recuerda? Eran la imagen de la generosidad y del servicio público. Para convencer a sus votantes no solo regalaron promesas al por mayor, también bolsas, playeras, dinero y alimentos para engañar el hambre y la conciencia. Y sí, algunos de ellos ganaron, otros no, algunos llegaron a Alianza Ciudadana Celayense, se tomaron la foto en la fundación y se fueron yendo poco a poco.
Han pasado casi dos años, mucha agua y muertos han corrido en el rio Laja. Alianza Ciudadana Celayense ha seguido viva, fomentando la participación social para limpiar de la ciudad, la mentira, la corrupción, la omisión, y la complicidad, resumiendo en lenguaje técnico: la tranza en el Ayuntamiento municipal. Y de cierto, el activismo social, las redes sociales y el azar, nos han permitido reencontrarnos con personas olvidadas, y con otras que nunca esperábamos conocer (cambio súbito a la primera persona del plural).
A esta tarea han llegado grandes personas, y otras no tanto, algunas se han ido buscando un ideal de organización para ocupar su tiempo. Lo cierto, es que ha sido una ardua tarea el conciliar personalidades, y la gestión social con la actividad política. Afortunadamente, priva la tenacidad y el deseo de ser un factor de cambio.
La violencia, la delincuencia, la corrupción, la incapacidad, la insensibilidad han marcado con fuego la presidencia de la ciudadana Paniagua. La solicitud de revocarle el mandato que promovió Alianza Ciudadana Celayense, cada día se confirma que fue correcta, y que el Congreso violó el Estado de Derecho al evitar su destitución.
Hoy, no sé si sea consuelo, pero Celaya atraviesa, al igual que decenas de ciudades del mundo, por un flagelo que causa pánico como el crimen y la violencia que día a día sacude nuestras calles. En ambos casos, hay un vacío de gobierno y administración. Pero debo decirle, que hay un tercer flagelo, la indiferencia o insensibilidad social.
Líneas arriba, decía que después de cada plaga todo sigue igual, pero es una generalidad, porque sin lugar a dudas hay muertos. Sin embargo, solo por mencionar un dato, han transcurrido 2020 años, y los muertos que alguna vez estuvieron vivos, poco o nada hicieron para que las tragedias fueran el principio de un nuevo ser humano. Sistemas y formas de gobierno han cambiado, pero la inclinación del hombre hacia conductas poco sensibles, permanece. Mejoramos la puntería y el alcance de nuestras armas, pero el blanco sigue siendo el mismo.
Le cuento, desde que se anunció la epidemia del virusillo real de realeza y de realidad-, advertimos desde Alianza Ciudadana, que se debería de prevenir los efectos colaterales del probable contagio y pánico, producido por el Covid19: el desempleo, la falta de ingreso, el abuso y maltrato intrafamiliar, la falta de alimentos, y propusimos en líneas generales medidas de contingencia, he impulsamos a manera de ejemplo, diversas acciones ante la pasmada reacción municipal.
Recordará que la primera reacción del gobierno municipal, fue correr a ocultarse para evitar el contagio (hago un paréntesis, los trabajadores de limpia, y los policías siguen haciendo su chamba en las condiciones más deplorables, el resto de los empleados desaparecieron). Sigo. El abandono de toda la vida económica y social del municipio inmediatamente se notó. Y los protocolos federales de seguridad, se fueron imponiendo por la epidemia de pánico, y claro, sin ninguna prevención local de sus efectos colaterales.
En Alianza Ciudadana empezamos a utilizar las trasmisiones en vivo para ofrecerle a las personas un mensaje de apoyo, sobre todo a quienes consideramos uno de los blancos fatales de la epidemia, los adultos mayores. Y generamos también, programas en vivo de recreación. Otra de las actividades primordiales, fue el acopio de víveres para entregárselos las personas que evidentemente serían los primeros afectados.
Lanzamos un mensaje público para que nuestros círculos de conocidos o amigos donaran víveres, y solo encontramos al Gallo, que le contaba al principio de esta narración. Logramos juntar 76 despensas y las entregamos en un espacio público y visible. Trasmitimos por internet la entrega, y los escasos donantes los puedo contar con los dedos de la mano- fueron enterados del destino de su apoyo.
Si usted recuerda, el Gallo que menciono, es citado en los episodios evangélicos que narran los sucesos protagonizados por Jesús el Nazareno, entre la última cena, y su crucifixión y muerte. Hoy que escribo estas impías líneas, casualmente es Viernes de Dolores, es decir estamos recordando la Pasión de Cristo, y justo vienen a mi mente, las palabras del apóstol Juan ( 13:38), sobre la profecía de Jesús: ¿Tu vida darás por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo sin que antes me hayas negado tres veces. El gallo cantó, y valga la pena la ilustración.
Quien conoce al equipo de Alianza Ciudadana Celayense, sabe que no se arredra. En los últimos siete días, se entregaron otras 100 despensas a 100 familias, con el apoyo fraternal de Mauricio Hernández, Juan Carlos Oliveros, Fátima Oropeza, Rosalba Salazar. Sabemos que las despensas no van a cambiar el mundo, pero aliviarían la vida de personas de carne y hueso, por eso hicimos otro llamado a un círculo más amplio de personas que podían apoyar sin dejar de comer pastel una tarde, su respuesta fue la indiferencia. Por otro lado, los solicitantes de apoyo se han multiplicado, el perfil de ellos es: desempleados, amas de casa, estudiantes, comerciantes, no es el tipo de precariedad que conocíamos.
A quienes les lanzamos el llamado de auxilio, los tengo en la memoria, me recuerdan la frase que pronuncio María Antonieta de Austria, la esposa del Rey Luis XVI, cuando le dijeron que la “plebe” se alborotaba por la falta de pan, y ella respondió con su delicado y aristocrático cinismo: «Qu”ils mangent de la brioche», “que les den pan dulce”. Brillo en la exageración, lo reconozco, porque en días anteriores en una entrevista, solo dije que algunos eran unos politiquillos con conductas miserables. A los demás aun no los tenía en mente.
Todos sabemos que el encierro, y los efectos colaterales de la parálisis de la economía, traerán como consecuencia que los sectores vulnerables económicamente, sean los primeros atropellados de esta epidemia. En Celaya hablamos de más de 200 mil personas, que en estos momentos están resistiendo con dos pesos la precariedad alimenticia. Es urgente, desplegar acciones realistas para que el contagio de la violencia y el rencor social no aparezcan con la otra mascara de la muerte roja. Evitarlo es la tarea de hoy. La negación afiló las guillotinas de la bastilla, e incendió las puertas de la Alhóndiga de Granaditas. El hambre, es una plaga sin antivirales.
En relación a las bondades del saldo del coronavirus, lamento no abonar nada, y solo sumarme a la fila indecente de seguidores de uno de los Aforismos de Emilo M. Cioran, seguramente inspirado en los sobrevivientes de las pestes: ¿Por qué retirarnos, por qué abandonar la partida cuando nos quedan aún tantos seres a quienes decepcionar?
Revolcadero.
La fashionisma Fabiola Mateos Chavolla, directora del DIF, después de tres semanas de contingencia sanitaria, sale a entregar ¡50 despensas! a Gasca, San Martin de Camargo, Elguera, Santa Rita, Tierra y Libertad, Lindavista, Valle Hermoso y Zona Centro. Sí, contó usted bien, 5 despensas por localidad, y además lo publicita en los medios de comunicación.