Los del gobierno de la cuarta transformación ya lo dijeron hace dos días, ya lo escribieron y publicaron hace nueve días, ya lo van a presentar oficial, ya nos va a pasar a los mexicanos: ¡Vives o Mueres! lanzando una moneda al aire el uno, eligiendo una cara el otro, y al caer ya en el suelo o en la palma de la mano, si la cara elegida (águila o sol) se muestra, entonces el “afortunado” ocupará la unidad de cuidados intensivos respiratorios y tendrá probabilidades de vivir. El otro, el que pierda el volado, quedará en una cama sin el soporte crítico y es casi imposible logre sobrevivir. 

Me refiero estimados lectores a la publicación de la “Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica” publicada en sitio oficial del Consejo de Salubridad General (CSG) el día 10 de abril, desconocida de inmediato por Vocales Titulares como el Dr. Enrique Luis Graue Wiechers, señalando que no sabían de ella, que el CSG no se había reunido pese a estar en “sesión permanente”, que no se había contemplado ni discutido siquiera el tema.

Retiraron la publicación días más tarde ante la reacción de miembros no cooptados por la 4t del CSG como el citado Rector de la UNAM; la Dra. Teresita Corona Vázquez, presidenta de la Academia Nacional de Medicina y el Dr. Juan Miguel Abdo Francis, presidente de la Academia Mexicana de Cirugía por citar algunos, que señalaron con precisión en manifiesto a la población en general, que exhortaban al Gobierno Federal para que se dotara de equipo de protección a los profesionales de la salud y de insumos, medicamentos y tecnología respiratoria para la atención a los pacientes.

Llamó la atención de la guía varias cosas, que se publicara en el sitio oficial del CSG, pero sin sus sellos ni autorías; que no participara la Comisión Nacional de Bioética (CNBio), órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud con autonomía técnica y operativa, responsable de definir las políticas nacionales que plantea esta disciplina; que no hubo convocatoria al seno del CSG ni invitación a la Academia Mexicana de Bioética o a la comunidad de investigadores bioeticistas para su elaboración, análisis y discusión.

Entonces, si no fue el CSG ni la CNBio ¿quién ordenó se hiciera la guía? ¿Quién integró el grupo de investigadores que la elaboraron y con qué criterios fueron elegidos?  Piensa mal y acertarás decía María Elena Morales, otrora contralora estatal. La mandaron a hacer quienes han actuado tardíamente en la planeación y ejecución de las acciones para proteger a las y los mexicanos de la pandemia del Coronavirus; los que saben de su fracaso para tener lo indispensable de recursos humanos, equipo, medicamentos e insumos de protección para los profesionales de la salud a 87 días de haber iniciado el brote; los que con soberbia pasaron del discurso de “estamos preparados, ténganos confianza” a la invitación sobre las rodillas muchos días después, para firmar un convenio de colaboración con el sector médico privado y utilizar sus instalaciones en procedimientos ordinarios, y no de manera explícita las unidades de cuidados intensivos respiratorios a sabiendas que no tienen en lo público las necesarias, pero allí se sientan en la comodidad del monopolio de la salud y de la información; por último, la mandaron hacer los que desde su aislamiento en su más amplia extensión, saben y sabían por anticipado que morirán muchos más mexicanas y mexicanos que los que debían haber sido de haber actuado a tiempo.

Estoy cierto ellos fueron, los que hoy con tiranía sanitaria controlan y centralizan las decisiones a espaldas de las Instituciones, porque han dado muestras siempre de mandarlas al diablo. La evidencia es clara, posterior al retiro de la Guía, volvieron a cooptar al distinguido médico Dr. José Ignacio Santos Preciado, quien creo no sabía de la misma y que fue él mismo, sorprendido por su publicación, y el jueves por la noche, con cara compungida dijo cantinfleando dos cosas, la primera que no se sabía de la guía pero que ahora ya se sabe y está completa y la segunda, que dado que están en “sesión permanente” -aunque no se hayan reunido nunca, solo cuando fue necesario validar los cheques en blanco dados obsequiosamente al ejecutivo federal- ahora si someterá al pleno del CSG la guía y anunció su publicación ipso facto, el mismo día, del instrumento que dará el respaldo “legal y bioético” a la decisión del ¡Vives o Mueres! para quitarse el cargo de conciencia -no creo lo logren- de su negligencia en el manejo de esta crisis. 

La segunda Institución que fue sacrificada y cooptada fue la Comisión Nacional de Bioética, pues el mismo jueves, ante el sometimiento del Dr. Santos Preciado y del CSG, su titular, el Dr. Manuel Ruiz de Chávez, otro distinguido médico mexicano, presentó su renuncia al cargo al haber sido traicionado por la 4t en un documento que debe ser claro, transparente, de cara a la sociedad mexicana, pues tendrá un impacto extraordinario en la vida de muchos mexicanos y no está bien hacerse sobre las rodillas.

Lamento que el Dr. Ruiz de Chávez haya salido por la puerta trasera pues su desempeño en su trayectoria de vida siempre fue sobresaliente. Creo también que no cumplió con un deber primario al que estaba obligado al haber recibido tan digna institución de otros personajes brillantes de la medicina y la bioética mexicana, me refiero a haber dicho la verdad sobre su renuncia, que los mexicanos conociéramos porqué no estuvo de acuerdo con el instrumento que decidirá en un volado la vida los mexicanos que tengan la desgracia de haberse contaminado con el Coronavirus y enfermarse de gravedad.

 

Ruego: Los sigo invitando estimados lectores a que ayuden a más personas sin recursos para que se queden en casa y se protejan de contagiarse: alimentos, productos de limpieza, empatía. ¡Ayudémonos León, Quédate en Casa!

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