Servir es una palabra simple, corta y suave. Cualquiera la usa o la deshecha según conveniencia o necesidad. En México forma parte del lenguaje, aunque pocas veces ese conmovido para servirle a usted o el audible y estertóreo a sus órdenes; en realidad funcione y acciona. Los grandes iluminados y los mágicos seres de luz dicen que servir es un placer; que si los apuran se nace para servir. Ahí está la clave de su éxito, ese halo que los rodea y transforma en indispensables.

El servicio es el dulce halago, silenciosa flor que se le entrega al conocido y al desconocido. Quien sirve aporta valor a la vida del otro, nada más refrescante como una bebida que llega justo antes de decir tengo sed; la bella sonrisa que acompaña un plato hace que esa bandeja tenga un mejor y especial sabor. La calidez de una mano que te ayuda a acomodar tu servilleta, te recuerda que definitivamente querer es fácil y ser especial es tan bendecido más si lleva aquella pequeña inclinación de todo un caballero, que con voz clara decía: señora Velia, no deje de saludarme a su mamá. Pierda cuidado don Lole, yo le digo, sé que estará feliz; ceremonioso, gentil respondía: Y, yo de saberlo.

Un legado de servicio, enseñanza y maestría deja J. Dolores Campos Cervantes, quien vivía bajo el lema de que tan noble es mandar como obedecer; ante la premisa y la acción ¿quién mandará mejor? Duda que prevalece, la ceguera del ego nubla. En 1935 en Santa Rosa de Lima hijo de Virginia y Sabino llegó Lole, su carácter fuerte y poderoso; sus ganas de ser y hacer lo llevo a salir de ahí y presentarse como garrotero en el afamado Club Nieto, ahí coincidieron dos grandes don Julio Jordán y don Dolores Campos para hacer la gran mancuerna el líder tenía a su hacedor, al mejor representante para darle al hechizo de comida atención y diferencia, destello de distinción y elegancia ni largo, ni corto, justo, agradable y preciso.

Hombre aprobado y probado en el ejército nacional, amoroso amante de doña Cata, su compañera, amiga, esposa y fundadora de su estirpe, luego allá en Morelia, artificioso y hábil listo para la emoción participa en la construcción del Estadio Morelos ¿cuántos goles de emoción y con pasión gritó ahí? Vaya usted a saber&su alma y corazón añoraban Celaya, por mal que te vaya siempre Celaya reza aquel refrán. Organizador y ferviente animador de una causa justa decide apoyar en su regreso al pueblo el Sindicato de Meseros, la primera carrera oficial de meseros partiendo felices desde el patriótico Jardín de Celaya. Don Lole, de veritas, gracias por primera comunión, ahí estuvo repitiendo incesante que dejará en paz esos guantes que mami con tanto esmero decidió poner en mis manos y que tanto estorbo hacían para jugar y hacerme la normal; estuvo también en mis quince&miro, y saboreo su abrazo al entrar, sabiéndome tan triste en esa añoranza eterna que tengo por papá, su abrazo de veras calentó&Estuvo ahí en ese maravilloso día en que decidí salir de casa por puerta grande, fue usted quien en esa Quinta Jordán otra vez de las tantas, me recibió inclinado brevemente me dijo: de todas siempre la mejor&ay¡ Don Lole, lo que les dice a todas, no Velia ,lo de usted es especial cariñoso, deferente y tierno decía. Don Lole, David y yo está seguro que ya aprendimos? &seremos consecuencia, ejemplo de un servicio? No permita que seamos palabrería, ayúdenos desde ese acá que viene siendo energía del aquí, recuérdenos a levantar la ceja y puntal decir ¿todo bien? ¿Algo más?

**Gracias a todos por tanto por todo.

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