Derivado de la situación epidemiológica actual, los servicios hospitalarios realizan modificaciones sustanciales en sus esquemas de trabajo, con el afán de redistribuir esfuerzos para atender los desafíos derivados de la atención a pacientes con COVID19, evitando en la medida de lo posible, desatender otras condiciones críticas de salud o poblaciones vulnerables. Es importante conocer entonces cuáles son las políticas establecidas, para esa re-orientación de los servicios médicos.
Las instituciones sanitarias desarrollan estrategias para definir la capacidad de atención hospitalaria, basados en el volumen esperado de pacientes y la complejidad de los mismos. Varios hospitales de diversas instituciones han modificado su funcionamiento habitual en la prestación de servicios, en afán de disponer de un mayor número de recursos humanos, tecnológicos y materiales para la atención de pacientes con sospecha o diagnóstico de COVID19.
Estas modificaciones tienen la intención de establecer un flujo separado de pacientes con infecciones respiratorias, de aquellos que presentan otro tipo de situaciones de amenaza a la salud. De las mismas “cadenas” hospitalarias de las instituciones sanitarias, algunos hospitales dedican sus esfuerzos a la atención de pacientes sospechosos o confirmados de COVID19 de manera exclusiva y otros realizan actividades de atención sanitaria para otro tipo de pacientes y patologías. Esta distribución considera la capacidad máxima de atención, basados en los recursos de soporte (número de ventiladores, tomas de oxígeno, equipamiento y pruebas de auxiliares de diagnóstico, recursos humanos, insumos y equipamiento médico, entre otros).
Se considera también la protección y soporte para los prestadores de servicios de salud y público en general, con esquemas de restricción para el ingreso, flujo y movilización de personas, con el establecimiento de nuevos protocolos de detección, atención y traslado de pacientes sospechosos o confirmados, con el afán de evitar la propagación de la enfermedad entre pacientes que aún necesitan atención médica por otras condiciones y limitar además el riesgo de transmisión para la población y los propios trabajadores de la salud.
Otro objetivo es la centralización y establecimiento de equipos organizados y especializados de trabajo, orientados de manera especial a la atención de cuidados críticos, con afán de mejorar el acceso oportuno a servicios hospitalarios de cuidados intermedios o intensivos. Esta centralización permite la derivación y referencia de pacientes sospechosos o confirmados COVID, a hospitales seleccionados por su capacidad humana, tecnológica y de instalaciones, mientras que otras unidades atienden otro tipo de patologías no asociadas directamente a la situación epidemiológica.
Para mantener la focalización de esfuerzos, recursos e insumos en la atención de contingencias, las unidades seleccionadas para reconversión requieren modificar de manera sustancial sus esquemas de trabajo, incluyendo la suspensión de ingresos hospitalarios por condiciones electivas o no urgentes, la suspensión de servicios de consulta externa, cirugías programadas, liberación de camas de pacientes estables que no requieren intervenciones inmediatas, así como la suspensión escalonada de otros servicios hospitalarios programados como auxiliares de diagnóstico, entre otros.
Es importante resaltar que está incluida la continuación de la atención de personas vulnerables (embarazadas, menores de edad o enfermos cuya condición impide suspender vigilancia o tratamiento) y se establecen mecanismos en estas unidades reconvertidas para minimizar el riesgo de exposición y consecuente infección.
Al final, el establecimiento coordinado de acciones basadas en estas políticas sanitarias, aunado a mecanismos oportunos de comunicación a la población usuaria, para promoción del uso racional de los servicios de salud, permitirá una mayor capacidad de afrontar esta calamidad potencialmente catastrófica.
Médico Patólogo Clínico, egresado de la Universidad de Guanajuato para la licenciatura en Medicina y Especialidad en el Centro Médico Nacional “La Raza” del IMSS por la Universidad Nacional Autónoma de México.