La molestia que causa el uso del concepto neoliberalismo en Guanajuato va de la mano con el reciente señalamiento del Presidente López Obrador sobre el desfase existente entre crecimiento y bienestar. En la etapa neoliberal del país que, por cierto, los sectores beneficiados están interesados en perpetuarla, hubo crecimiento y al mismo tiempo concentración brutal de la riqueza en un sector privilegiado.

El Colegio de México avaló una investigación de Gerardo Esquivel (2015), en donde se muestra a detalle las consecuencias del capitalismo privatizador:  

Hasta 2002, la riqueza de los cuatro principales multimillonarios de México representaba únicamente alrededor de 2% del PIB mexicano. Sin embargo, a partir de 2003 inició un ascenso que para el lapso 2011-2014 alcanzó un promedio de 9% del PIB; es decir, 4.5 veces lo que representaba en los primeros años del periodo.

En el período en que el PIB per cápita creció alrededor del 1% anual, la fortuna de los 16 mexicanos más ricos se multiplica por cinco. Es mala combinación crecer poco y repartir mal.

Al ordenar a los países por desigualdad ascendente, México ocupa el lugar 107 de una muestra de 132 países; es decir, 80% de los demás países tienen menor desigualdad& México está dentro del 25% de los países con mayores niveles de desigualdad en el mundo. Sería conveniente actualizar los de Guanajuato pues no somos una isla en esta vórtice de la desigualdad.  

La relación entre crecimiento y bienestar no es mecánica. Debe estar mediado de un Estado Social garantista y esquemas de reparto más equitativos. Por eso el Gobernador Diego Sinhue Rodríguez y sus aliados, no deben molestarse cuando el Presidente describe lo que sucede en Guanajuato.

Sin duda nuestra entidad ha crecido económicamente, aunque no tanto como señalan quienes no leen adecuadamente la información estadística del INEGI, y debe quedar claro que no es lo mismo un alto crecimiento del PIB que la elevación de la calidad de vida de la población. 

El promedio de lo que en economía se llama la trayectoria de la tasa de variación anual del PIB y que expresa la riqueza producida año con año, indica que entre 2009 y 2018 Guanajuato creció a un promedio de 3.8 %. Sin embargo la trayectoria de la pobreza en Guanajuato durante este período no registra el optimismo con el que festina el gobierno estatal la magra disminución de la pobreza extrema. Disminuyó un poquito la pobreza extrema pero el número de personas pobres aumentó.

La pobreza en Guanajuato medida en miles de personas, con fuente del CONEVAL nos señala lo siguiente:

  • 2008 : 2,403.555 personas pobres
  • 2010: 2,703.742 personas pobres
  • 2012: 2,525.849 personas pobres
  • 2014: 2,683.282 personas pobres
  • 2016: 2,489.715 personas pobres
  • 2018: 2,587.833 personas pobres

A pesar de los altos niveles de crecimiento del PIB guanajuatense, en el 2018 había más personas pobres que en el 2008. En diez años de crecimiento continuo a excepción del 2009- no se ha podido combatir la pobreza, que de acuerdo con la Ley General de Desarrollo Social, es un buen indicador para valorar el desarrollo de un país y de un estado.

Es conveniente que una economía crezca, sí, pero no a toda costa. El mercado como lo conocemos no tiene ética; le interesa la ganancia y el lucro, no la justicia social. 

Hay que distinguir a empresarias y empresarios quienes poseen la impronta del humanismo social y a pesar de esta crisis provocada por las reglas impuestas por el neoliberalismo han demostrado estar a la altura de los retos de la presente pandemia, cuando están protegiendo con entereza y generosidad la planta laboral antes que los intereses pecuniarios. 

Ya es tiempo que el gobierno de Guanajuato y quienes tanto le apuestan a la derrota de la 4T,  comprendan que el Presidente tiene razón cuando señala el trecho grande que existe entre generar y acumular la riqueza y la distribución justa del ingreso.

Simplemente observen los actos dramáticos en nuestros municipios, que hacen aflorar la precariedad que vive nuestro estado. Dense una vuelta por Cantarranas, por El Codito, por Cerrito Amarillo y cientos de colonias que no reflejan la realidad imaginada por el grupo en el poder en Guanajuato.

No se molesten, vean la realidad y obren en consecuencia. No es un asunto de rivalidades políticas, la realidad está ahí y no se modifica con discursos ni con porristas aliados que siguen pensando que la pobreza es un accidente necesario del modelo neoliberal.

Para la 4T la precariedad y condiciones de vida de la población en mayor situación de vulnerabilidad, principalmente las mujeres, es producto del proceder humano y de estructuras sociales injustas. Un estado social debe hacerse cargo de construir condiciones adecuadas para el bienestar humano, es el reto ético más importante de cara a los retos que plantea la sociedad contemporánea. 

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