Atrás de los números fríos que nos dan las instancias gubernamentales y los sondeos de mercado, están miles de historias de personas concretas que en los tiempos de la pandemia buscan afianzarse para seguir caminando, con todo lo que implica ver solo cuestas de subida.
Parece que marzo nos tomó a los mexicanos para ver llover sobre mojado, cuando apenas conteníamos el enojo por la recesión económica y la inseguridad. Pero a diferencia del sur del País, en el Bajío, así como en el norte, el 65% se declaran trabajadores y confiados en el fruto de su trabajo, sin miedo a emprender y a esperar poco del gobierno. Nuestros niveles de confianza del consumidor están arriba del promedio nacional que mide el INEGI. Con el índice de catolicismo más alto del País, reflejado en tener los 3 distritos electorales que más votan consistentemente por el PAN, León es el reflejo de todos esos factores que hacen que aquí se valore la democracia y la paz social.
Cuarto lugar en expulsión de migrantes, Guanajuato mantiene todavía contrastes entre el corredor industrial y el norte-sur que tienen los mayores índices de marginación y pobreza, pero -como lo reconoció con enojo y coraje el Presidente AMLO-, tenemos el promedio más alto de crecimiento económico medido por el INEGI, del tamaño del 5% anual y que atrajo a las hordas de sicarios foráneos que se disputan los mercados del crimen. El Bajío y León, con índices de cobertura educativa que ya están hoy en el promedio nacional cuando tuvieron por dos décadas, el predominio de la educación privada sobre la pública, por tener nosotros a la universidad pública de menor cobertura con respecto al egreso de bachillerato que hay en el País. Sí, es ésta la tierra expulsora de los jóvenes que desean estudiar medicina y que tiene entre sus médicos especialistas al 60% que debieron venir a cubrir los faltantes que no ha formado la Universidad de Guanajuato.
En estos predios industriales donde no conocemos las huelgas por tener ambientes de trabajo con salarios bajos pero ligados socialmente. En estos climas donde el agua escasea y donde disminuye cada año el 4% su disponibilidad y la calidad del aire empeora al dispersarse los contaminantes desde Salamanca hasta este valle y juntarse con las emisiones de las ladrilleras. Con las tarifas de agua más altas del País y que ayudan a valorar el mayor bien que ya se nos va. En este ecosistema que solo tiene ya un venero de agua dulce en el Parque Chapalita y acaba con su único humedal, el de los Cárcamos, con la relación más bajas entre las 5 grandes ciudades de México: 4 árboles por cada 10,000 habitantes.
Conectada por la red de ciclovías más extensa del País en la relación de km/habitante y de ciclistas sobre total de viajes, León quiere sobrevivir a pesar de que acabamos ya con el 75% de la masa arbórea de la Sierra de Lobos, el tinaco de la ciudad. Con un índice de reciclamiento de sus RSU (residuos sólidos urbanos) tan bajo como del 8%, queremos ser poco a poco más ecológicos a pesar de que no generamos absolutamente algo de energía renovable y alterna al petróleo.
Con todo eso, los leoneses, somos ya el 40$ nacidos fuera de León; tenemos identidades y coincidencias como reconocer nuestras marcas, acudir a lugares comunes, reconocer el mismo color como el verde y saborear la mezcla del vinagre con la sal. El 70% se declara asiduo al deporte y al equipo nuestro. Los mismos que acuden en enero a la feria hasta en 2.5 visitas en las 6 semanas del evento. Los que tienen a Flexi como la marca local más reconocida y que en un porcentaje como del 72% se declaran felices y satisfechos, como inseguros en su entorno.
En medio del coronavirus, los que nos reconocemos como leoneses, aceptamos reducir la movilidad hasta el 65% estas semanas y usar ya el 72% en la vía pública el cubre bocas y aceptar mayoritariamente las medidas del gobierno municipal. Como los que aprueban en mayor proporción el liderazgo de su Gobernador que el del Presidente de la República frente a los problemas. Sí, así somos los leoneses y que declaran en un sondeo reciente que elaboré, que la pandemia no es tan grave como nos la platican y que están confiados el 55% que pronto saldremos de la crisis. Las estadísticas, pues son solo un acercamiento a las historias de miles de personas y nos ayudan a saber cómo percibimos esto que llamamos realidad, la de los leoneses.
DA