La semana pasada, la Procuraduría de Derechos Humanos del Estado de Guanajuato celebró el Día Estatal de los Derechos Humanos. Para conmemorarlo, el Dr. Luis Lloredo Alix expuso un tema relacionado con el confinamiento y medidas restrictivas impuestas por los gobiernos para evitar contagios masivos. Compartiré algunas de sus perspectivas con las cuales coincido.
En esta fase de la pandemia del Covid-19, el gobierno exige que las personas se queden en casa y ya no se limita a pedir y tratar de convencer de que lo hagan. Sin embargo, muchos hacen caso omiso, haciendo fiestas o abriendo sin permiso sus negocios; y por otro lado, hay quienes hipervigilan a los que no cumplen. La gente se adjudica autoridad para delatar, provocando una división entre denunciantes y denunciados.
En esta separación pueden darse brotes de violencia y perturbación del orden público. Para evitar esta situación es mejor invitar a una actitud de voluntaria precaución para cuidarse y cuidar a los demás, más que “vigilancia”. Entre los derechos humanos que ahora se citan con mayor frecuencia están el derecho a la movilidad y a la libertad de expresión, con los que se alega que uno puede decir, salir e ir a donde quiera; y otro derecho que se menciona es el derecho al trabajo, ya que muchos lo han perdido debido a la contingencia.
Hay que considerar también los deberes colectivos que obligan a cumplir responsabilidades para con la comunidad y poder satisfacer objetivos comunes a través de la solidaridad social y la cooperación, sin considerar el aspecto personal. Entre esta dicotomía tenemos los bienes comunes. Hay cosas que son de todos; bienes físicos naturales como el agua, bosques, ríos; bienes materiales como las calles, monumentos, escuelas; bienes inmateriales como la ciencia, cultura y educación, que el gobierno debe respetar y conservar.
El reto es lograr que estos tres puntos logren un perfecto equilibrio para lograr resultados favorecedores. Las obligaciones no deben verse como sacrificios, sino entender que es un bien para todas las personas. Para esto hay que eliminar la visión individualista y conciliarse con los deberes hacia la colectividad para la salvaguarda de la comunidad.
Guardarse en casa para cuidarnos y cuidar a los demás, cubrebocas para cuidarse y cuidar a los demás. Así es como habría que verlo, comprender los derechos de una manera colectiva. Algunos gobiernos imponen un estado de alarma en protección a la salud de todos, pero hay aspectos en los cuales hay que centrarse antes de la persecución y de las limitaciones.
¿Cómo llevar a cabo medidas de higiene donde no hay agua? ¿Cómo guardar la sana distancia donde hay hacinamiento? ¿Cómo pedir confinamiento cuando no hay comida? En vez de implementar un autoritarismo que aplaude el castigo hay que trabajar en la colaboración y apoyo mutuo para evitar contagios y fallecidos. Me quedo con la frase de Alejandro Magno: “
De la conducta de cada uno depende el futuro de todos”