Proyección

Ánimo que ya es lunes. Conforme se concluye el confinamiento social en diversas zonas de los Estados Unidos, la población activa comienza a reportarse nuevamente en sus centros de trabajo.

Muchos de ellos de forma cómoda en sus automóviles, sin embargo, otros más han tenido que subir temerosos a las unidades de transporte público deseando no ser contagiados de coronavirus, causa que podría detonar en un importante aumento en compra de automóviles, beneficiando a la industria automotriz-autopartes en México.

En 2019, de los 3 millones 750 mil vehículos que se fabricaron en territorio mexicano, 3 millones 330 mil unidades fueron enviadas a los Estados Unidos. Esta proyección se basa en el comportamiento del mercado que ha habido en otros países al comenzar a salir la pandemia, como es el caso de China.

De acuerdo a la firma de consultoría francesa, Ipsos, después del brote del COVID-19, los ciudadanos optaron por usar lo menos posible el transporte público. Mientras que el uso del auto privado se duplicó, la encuesta arrojó que un 66% de los encuestados que no tenían auto antes de la llegada del virus, estarían dispuestos a comprar uno en los próximos seis meses y el 77% dijo que el motivo principal sería para reducir la posibilidad de un posible contagio.

   Muy bien

En el Parque de Innovación y Desarrollo La Salle Saltillo se pusieron las pilas para producir mil caretas protectoras biodegradables, que fabricaron en sus instalaciones y ahora la Universidad De La Salle Bajío se sumó a la iniciativa.

Las caretas serán entregadas a médicos de León, en reconocimiento a su incansable labor, gracias al apoyo voluntario de alumnos, profesores y docentes de la institución. Los trabajos comenzaron en la Unidad de Prácticas y Talleres de la Facultad de Ingenierías y han logrado producir mil piezas.

La mascarilla fue elaborada con poliagave, una placa de acetato suajada para evitar el uso de pegamentos y un elástico de 20 centímetros para ajustar a la cabeza. El poliagave es un compuesto bioplástico elaborado de fibras naturales provenientes de los desechos de la industria tequilera, que permite reducir en un 40% el uso de plástico derivado del petróleo en su elaboración.

Juan José Becerril de Anda, jefe de la UPT de la Universidad, estuvo a cargo de la coordinación de la producción, y quienes participaron tomaron todas las precauciones sanitarias como la sana distancia y el uso de cubrebocas.

Las caretas se elaboraron en dos etapas: primero en mesas de trabajo se prepararon de forma separada las piezas y luego vino una cadena de producción para ensamblarlas.

    Esto es serio

La planta de General Motors en Silao “parece un laboratorio”; eso pensó una colaboradora de la armadora en su primer día de regreso a la línea de producción. La sencilla, pero realista forma de describir su lugar de trabajo, será la nueva normalidad para los 110 mil empleados que directamente laboran en las armadoras de autos y sus empresas proveedoras en Guanajuato.

Si hay un sector que se toma en serio los protocolos de seguridad son ellos, en tiempos, en calidad, y no podría esperarse menos en su reactivación en plena contingencia sanitaria, y luego de dos meses de tener detenida su producción.

En las 420 grandes empresas que hay en Guanajuato, su filosofía “cero defectos” ahora será llevada al tema salud, con un arduo trabajo de varios para establecer sus protocolos, creados por equipos especiales de su personal de recursos humanos, seguridad e higiene y compras.

Su compromiso y esfuerzo, aunado a la inversión realizada por las compañías, tiene como objetivo reducir al mínimo la probabilidad de un brote de virus en sus plantas. Un suceso así, los llevaría nuevamente a parar y a perder millones de dólares.

A una semana que de que el resto de las industrias nuevamente enciendan su maquinaria, la concientización del colaborador será clave para que las empresas una vez en marcha no vuelva a parar.

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