Queridos lectores víctimas de esta columna: hoy les platico de una pequeña realidad que cambiaremos para bien de todos, con la magia de su apoyo. Paso al inicio: León es una ciudad con sed; que espera ansiosa las lluvias y que cuenta con un organismo operador de agua eficiente como SAPAL. El contexto es que no tenemos todavía una cultura del agua que se traduzca en inversión pública y privada para optimizar el uso del líquido y para generar tecnología para su reciclamiento efectivo y barato. 

Dependemos del agua de otras latitudes para calmar la sed. El tinaco de la ciudad (como lo llamaba Jorge Arena Torres Landa) es la Sierra de Lobos y de allí debe escurrir el agua que necesitamos por el natural ciclo del agua. Lo reactivamos al reforestar allá arriba y así sembramos agua para que esta se infiltre y llegue a nosotros. En medio del gran problema para concluir la Presa del Zapotillo (y eso que todavía no nos llegan los apagones de CFE) no vemos la enorme oportunidad de optimizar más el uso de aquella que nos provee SAPAL desde nuestras casas al captar la lluvia y al separar las aguas grises de las negras.

Resulta que el Parque Chapalita con su espejo de agua (algo eutroficado), se sigue secando. Esta semana antes de llegar las lluvias llega a sus niveles más bajos. Si nos remontamos a la historia, este vaso se formó por la caída de los veneros de la parte alta de la zona centro poniente de León, en específico del cerro de la colonia Arbide. Con el paso de los años, el caudal de agua bajaba todo el año, parte superficial y parte subterránea, para encontrar salida en el Pozo del Fraile (todavía existente pero también seco) que tomaba los excedentes y después los entregaba al Río de los Gómez (antes de que nosotros lo llenáramos con aguas servidas por el uso de las tenerías).

Solo que en los últimos 50 años al construirse la Arbide, la urbanización provocó que las casas fueran cubriendo con concreto los espacios de recarga, así como las calles y se redujera la infiltración. SAPAL en esa colonia aprovechó el caudal e hizo un tanque para que, bombeada el agua subterránea, pudiera caer por gravedad a la ciudad y calmar así nuestra sed. El vaso del lago, dicen los registros, fue remanso para la gente y con el tiempo, allá por los años 60, el espacio de lo que hoy es la Unidad Deportiva Chapalita fuera administrado por la COMUDAJ (hoy COMUDE) dedicada al deporte de los leoneses.

Pocos o nadie se percató y -menos se preocupó por la pérdida de niveles del lago-. Empezamos un proyecto hace 5 años para que el Parque recuperara la vitalidad que tuvo y siguiera siendo un espacio de encuentro social y no un área a la que daba miedo ingresar. Hubo mucha respuesta y paulatinamente con obras, proyectos y actividades, va caminando hoy la idea de que tenga mucha utilidad social. 

Lamentablemente, se dieron invasiones de particulares; una ya se perdió legalmente (hagan de cuenta el Estadio Nou Camp o el Parque Metropolitano) y el parque perderá una parte invadida por un vecino; otra parte enorme será protegida gracias a una demanda penal que ya interpuso Presidencia Municipal hace unos días; con esta demanda se detendrá el avance de una enorme montaña de escombro que en forma silenciosa por 30 años invadió el parque y se dará vida a uno de los hermosos veneros de agua que todo el año forman el lago Chapalita. Otro venero es intermitente y el tercero, es el que será “la fuente SAPAL”. 

Sí, así le llamé el proyecto que le presenté al Presidente y al Director de SAPAL para que con una inversión mínima -y que incluso cualquier empresa local podría realizar-, para proteger el venero que fue desviado por décadas para ¡lavar coches! en la calle Campeche. Sí. Usted quizá haya pasado por esta calle en las últimas décadas y habrá visto que siempre está inundada de agua que se tira ¡al drenaje! Resulta que los lavacoches por años metieron tuberías para tener en la calle agua ¡de manantial! para lavar coches, pero sin tener toma ni llave, lo que provocó que se perdieran por años miles de metros cúbicos. Esto se puede constatar por usted todavía en las afueras. Estas son las razones por las que el lago se ha ido secando. 

Presentado el proyecto a SAPAL, espero se convierta en un espacio de aprendizaje sobre la cultura del agua. Es el último venero de la ciudad y su caudal se desperdicia. Estoy seguro que el proyecto será aprobado, se detendrá el desperdicio y con el amor al agua que debemos tener los leoneses, será un espacio educativo para que escuelas, vecinos y visitantes al parque puedan ver cómo nace el agua, en el último venero de la ciudad, en lo que será “la fuente SAPAL”.
 

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