Aún sabiendo que nuestro presidente AMLO descalifica y ofende a quienes no piensan exactamente que él, me animo a escribir por séptima vez en esta columna sobre este tema, sabiendo que parte de mi vida ha sido en proyectos de energía, desde que inicié mi trabajo ingenieril en la CFE para después abrir una licenciatura en energías renovables. Inicio: en temas energéticos, la izquierda histórica (la que apenas sobrevive dentro de Morena, hoy llena de arribistas ex priistas y ex panistas) siempre sostuvo que la independencia energética es una condición necesaria para poder prosperar. Lo expresa la Constitución y la misma Reforma Energética de Peña Nieto parcialmente lo sostenía.

Pero esa Reforma, teniendo como estrategia diversificar la matriz energética -dándole entrada a las energías renovables-, canalizó recursos del gobierno a otros proyectos que imposibilitaron la inversión en el sector energético. Si a esto le sumamos la plaga de corrupción de los gobiernos anteriores, se crearon condiciones para que creciera el déficit energético, es decir, la diferencia entre lo que requerimos y lo que producimos. Pero para reducir esa brecha tenemos dos alternativas: la de cubrirla por medio de costos “eficientes”, de mercado, vengan de donde vengan, como lo son las inversiones eólicas, solar, la auto generación y la cogeneración, en un entorno de competencia. En tanto que la segunda, es dejar la producción al monopolio de las empresas paraestatales (o Empresas Productivas del Estado) que son CFE y Pemex.

Esta segunda alternativa no es mala, solo que los esquemas de contratación salarial, sindicatos y exceso de personal, fueron minando la capacidad financiera de las dos paraestatales. Y esto, junto con la competencia de empresas privadas y extranjeras más eficientes, provocaron el inicio de la caída de la estructura financiera de ellas. Por ello, el presidente AMLO tiene argumentos fuertes para señalar que están quebradas y debe rescatarlas, el problema es que quiere hacerlo sin tocar los Contratos Colectivos, salvando sus pasivos laborales e inyectándole recursos públicos frescos a sus enormes deudas históricas.

El tercer mega apagón sucedido esta semana, será uno de tantos que inevitablemente se darán en nuestro querido País, pues de recuperarse la economía como todos deseamos, la demanda de energía aumentará y tendremos más apagones. Recordemos que el Presidente AMLO ha detenido las licitaciones de inversión en Pemex y en CFE que permitían el concurso de empresas privadas. En mi opinión, su buen propósito contrasta con la realidad, pues debió aceptar en el corto plazo la inversión extranjera para aumentar las reservas y después controlarlos. Pero decidió hacerlo al revés: primero detener las inversiones de explotación de gas natural y las rondas de inversión en Pemex y CFE, con lo que el incremento de la oferta se detuvo.

Todo esto sucede en tanto que el mundo se mueve velozmente hacia las energías renovables y nosotros, no solo tenemos en nuestro Presidente a alguien que las desprecia, sino que tampoco desarrollamos capacidades tecnológicas para el tránsito. En toda la CFE, apenas formamos hoy en Guanajuato al primer grupo de ingenieros en energías renovables.

El Presidente debería formar grupos de desarrollo tecnológico en sol, viento y biomasa, donde empresas privadas junto con universidades y centros de investigación, concretaran alianzas para los primeros proyectos. Pero no, AMLO, necio, descalifica y avienta culpas a todos, al pasado, al clima, a la corrupción, a los incendios, pero no habla ni declara algo sobre cómo ingresar a las energías limpias.

Seguiremos produciendo energía sucia, quemando combustóleo, gas y carbón. Nuestro Presidente con esa enorme capacidad de que el público le crea, contendrá las quejas por los mega apagones actuales y futuros. Sostendrá a Bartlett y a Romero al frente de las empresas clave. Nos queda a los consumidores realizar inversiones hasta donde nos sea posible para el autoconsumo en nuestras casas y aprovechar lo que la madre naturaleza nos regala con el sol y viento, y preparándonos para convivir alegremente con más apagones.

* Consejero local del INE.

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