En dos semanas terminarán la vacunación de los adultos mayores en la CDMX y Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno, anticipa una “vacunación masiva”. Hace dos meses había anunciado que el 100% del personal médico había sido vacunado cuando en Guanajuato ni siquiera terminan con la segunda dosis.
A León no llegan vacunas y en Irapuato las pocas que aplican hoy son para adultos mayores de 70 años. Cuando en la CDMX, gobernada por Morena, los adultos mayores podrán sentirse tranquilos, en León y otras ciudades de la República crece la ansiedad. Nunca imaginamos que el partidismo enfermizo de la 4T jugara con la vida de millones de personas que no votaron por ellos.
Leemos que en Brasil hay un brote peor que los anteriores y sólo ayer los infectados llegaron a 100 mil. Superaron los 300 mil muertos, los hospitales están llenos y su gobierno admite que “muertes por Covid sobrepasaron el límite del sentido común”. Los hospitales están al 90% de ocupación. Viven un verdadero drama por la gestión irresponsable de Jair Bolsonaro. Lo sorprendente es que la letalidad del virus es semejante entre México y ese país porque hoy rebasamos los 200 mil muertos en la cuenta oficial.
Si escuchamos a la doctora Laurie Ann Ximenez-Fyvie, quien publicó el bestseller “Daño Irreparable” sobre la criminal gestión de la pandemia en México, entendemos que viene una escalada muy importante en infecciones y es inevitable. Chile, a pesar de su vertiginosa campaña de vacunación tuvo un repunte de contagios que agotan los recursos médicos del país. En Estados Unidos hay estados con repuntes como Míchigan que alcanza máximos de contagios a pesar de que tienen un año desde que inició la pandemia.
La doctora Ximenez-Fyvie, en entrevista con Pepe Cárdenas, afirma que México va aproximadamente unas cuatro semanas detrás de la curva de Brasil. Si lo que sucede en Brasil lo tendremos aquí en 4 o 6 semanas, Hugo López Gatell y su equipo de médicos, siguen en la negación.
El presidente López Obrador continúa en campaña -perdón en giras- y en eventos que parecen mítines mientras la gente cree que esto ya pasó. El peor de los malos ejemplos y la negación de la realidad. Sobre todo porque entramos a dos semanas de asueto que elevará la movilización del turismo y con ello los contagios.
Una tercera ola daría al traste con la incipiente vacunación, dejaría desprotegidos a los adultos mayores de León, Querétaro, Aguascalientes, Guadalajara y muchas ciudades donde la vacunación aún no llega. El tímido crecimiento económico de los últimos meses colapsaría en una recesión dentro de otra recesión, con resultados de dolor y pobreza.
Si hemos soportado durante un largo año el encierro y los cuidados necesarios para evitar lo peor, un último esfuerzo de 8 semanas ayudaría a dejar atrás la pesadilla, como lo plantearon los ex secretarios de Salud en noviembre, cuando advertimos, como hoy, el inicio de una segunda escalada que tuvo su pico en enero, cuando fallecieron más personas que nunca. Dice Ximénez-Fyver que desea estar equivocada. Es como ver un tsunami en el horizonte y seguir de fiesta. La mayor parte de los estados más poblados no están preparados para un nuevo embate. Sin cuidados y sin vacunas, quedamos inválidos, a diferencia de la CDMX. Por lo visto somos ciudadanos de segunda para la Federación. Amén.