Los “dueños” del Estadio León quieren 730 millones de pesos para entregar la propiedad a la ciudad. Los directivos de la Feria planean una zona renovada que llaman “Distrito León MX”. Quieren que las seis hectáreas que se apropiaron Roberto Zermeño y Héctor González pasen a ser parte del proyecto urbano más importante de la ciudad en los últimos años.
Como los atracadores ganaron en litigios la propiedad del Estadio León y sus alrededores, piensan que pueden ordeñar a los moradores de la comuna con 730 millones de pesos. Es lo que piden por devolverlo al Municipio. Supimos que el Gobierno del Estado negociaba con ellos para recuperar lo robado. Son seis hectáreas de tierra urbana de primera categoría.
El problema para ellos es que dependen del Ayuntamiento para definir el destino del terreno. El IMPLAN o Instituto de Planeación Municipal estableció el destino del predio “Equipamiento Urbano”. Los dueños pueden usar la propiedad para temas deportivos o de servicios públicos. Zermeño y su socio González no pueden darle otro uso.
Si el Ayuntamiento de León les diera uso del suelo para comercio, vivienda o desarrollos comerciales, el predio podría valer 600 o 700 millones de pesos. Pero el alcalde o el gobernante que firmara ese cambio, quedaría como el gran traidor a la comunidad.
Las autoridades pueden inutilizar cualquier negocio sobre el terreno.
¿De qué le servirán las seis hectáreas a Zermeño si no puede hacer nada con ellas?
La carta fuerte de los propietarios es reclamar el estadio y correr al equipo León. Eso causaría malestar en la afición y en el Gobierno. Una de las franquicias futboleras más valiosas desaparecerían del mapa. El León jugando en Aguascalientes, Irapuato o Querétaro perdería la afición más importante de la provincia después de Tigres de Nuevo León. Para el Estado significa un fracaso, algo que Diego Sinhue Rodríguez no podría digerir en su mandato.
Es un juego de póker, pero el sartén por el mango lo tiene el municipio. Por principio no deberían negociar con Zermeño, pero conviene a la ciudad llegar a un acuerdo. El tema, al final del día, es cuánto pagar por el estadio.
La respuesta es simple. Lo máximo para el municipio son 200 millones de pesos. Cuando mucho 250. Cualquier cantidad superior sería aceptar una extorsión de parte de quienes obtuvieron un lucro con artimañas legales.
No resulta complicado jugar una carta definitiva con Zermeño. ¿Quieres un beneficio de tu litigio? Te damos 200 millones de pesos. Cien para tí y otro tanto para Héctor González, un empresario celayense cuyo único objetivo es lucrar. Nadie lo conoce, nadie lo respeta y su nombre quedará marcado como el socio oportunista de Roberto Zermeño.
La postura del Ayuntamiento debe ser firme. Simple: nunca nadie podrá construir algo en ese terreno porque los leoneses no lo permitiremos. Jorge Carlos Obregón, director de Explora dice que se debe adquirir ya porque alguien podría comprarlo. ¿Quién compraría en cientos de millones un terreno sobre el cual no puede construirse nada?
Si pagan de más, todos pensaremos que hubo un acuerdo de corrupción entre comprador y vendedor. Así de claro.