Pronto habrán muerto en el Oeste 1.5 millones de personas. 1.5 millones de muertes innecesarias. Pero en algunos países en la región Asia-Pacífico, que tienen el doble de población, apenas murieron 18,000 personas”.

Uffff, así inicia un texto reciente de Tomás Pueyo.

Este MBA de Stanford trabajaba en una startup del Valle del Silicio antes de iniciar la pandemia. Analizó datos y escribió “El martillo y la danza”… y su popularidad explotó. Sus columnas se han reproducido más de 60 millones de veces. Cuando Pueyo analiza, hay que poner atención.

Su radiografía de la huella de muerte del Covid en diversos países es fascinante. Estudia hipótesis de por qué esta enorme diferencia en muertes: ser una isla, tener un régimen autoritario, clima, riqueza, urbanización, edad y salud de la población, sistemas de salud, etc.

Y aunque todos estos factores cuentan, no son determinantes.

Hay naciones que comparten características y, sin embargo, tuvieron resultados muuuy distintos.

La diferencia, pues, estuvo en otro lado.

“Algunos países tuvieron suerte de tener ciertas características, pero éstas no determinaron los resultados. ¿Qué los determinó? La simple diferencia fue una buena administración”, concluye Pueyo.

Exacto.

Estados Unidos, Europa y tristemente México, fallaron en aceptar y utilizar la amplia evidencia de las técnicas para enfrentar el COVID.

Y aquí es donde entra ese pequeño gran término: administración.

En su concepción básica, (bien) administrar implica aplicar la técnica. Primero que nada implica conocer a fondo tarea, objetivos y procesos. Implica estar alertas a las mejores prácticas, para no tener que inventar el hilo negro. E implica ajustar en el camino.

Ah, y mientras más compleja sea la tarea, mayor será la importancia de administrarla bien. Como, por ejemplo, obvio, una pandemia.

Como muestra un botón. Pueyo enlista tooodo lo que se requiere para bien administrar a una persona contagiada de COVID:

1. Realizar una llamada inmediata de un “contact tracer”.

2. Que el infectado coopere.

3. Investigar exhaustivamente todos los contactos del infectado.

4. Advertir a todas las personas con las que se tuvo contacto.

5. Cooperación de los que tuvieron contacto.

6. Ordenar quedarse en casa o inclusive traslado a un centro de aislamiento.

7. Verificar a través de una app, o hasta con la policía, que se respete la orden de quedarse en casa.

8. Penalizar a los que no cumplan la orden, tanto para el contagiado como para las personas con las que tuvo contacto.

Imagínate, esto tan sólo para un pequeño punto. Cada aspecto de la pandemia tendría una lista similar.

No se puede administrar bien ignorando la técnica.

¿En quién recae el peso de lograr una buena administración? Todo inicia con los líderes. Todo inicia con los gerentes.

Por eso Peter Drucker, el padre de la administración moderna afirmaba que “un gerente es responsable de la aplicación del conocimiento”.

Como bien dice Pueyo, lo que tenemos en muchos países es una mala administración. Jefes que ignoran la técnica y atacan al experto.

Jefes que sermoneen desde un Palacio con simplonadas. Que privilegian lealtad, porras y otros datos sobre mejores prácticas.

Jefes que tienen la certeza del inepto y que nunca recapacitan. Que no le mueven una coma a sus ideas y que, por lo tanto, se tropiezan una y otra vez con la mismísima piedra.

En México no sólo vemos esto con el terrible manejo de la pandemia. Ojalá fuera así. El problemita de los Tlatoanis ignorantes es que su enfermedad es generalizada. Hace metástasis en todos los ámbitos de gobierno. Y este cáncer mata las perspectivas de cualquier país.

“Ellos no actuarán para corregir. Debemos detallar errores. Tenemos que proponer alternativas. Debemos exigirles cuentas. Y si no cambian, debemos votar con nuestros pies y huir”, concluye Pueyo.

Mmmm, quizá.

Por lo pronto, mejor botarlos este 6 de junio.

No se te olvide.

Posdata. Al precio pagado, Deer Park cuesta $1,200 millones de dólares (mDls) por 340,000 barriles de gasolina. ¿Y Dos Bocas? ¡Ja! Pemex ya estima la cuenta en casi $14,000 mDls. Dos Bocas es un sinsentido&

En pocas palabras&

No hay nada más inútil que ser muy eficiente en algo que no debería hacerse”. –Peter Drucker

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Twitter: @jorgemelendez

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