Últimamente he escuchado con mayor frecuencia la palabra progresista sin saber bien a bien lo que se quiere expresar ya que su significado se ha extendido y variado.
Evitando caer en filosofía profunda e Historia, centrémonos en el lenguaje coloquial. Hoy están en boga palabras como “progres” y “retro”, aplicándose ésta última hasta en la moda. Analizando el término podríamos decir que progresismo deriva de la palabra “progreso”. Según algunas definiciones ésta significa: Mejora o avance que experimenta una persona o una cosa hacia un estado mejor, más avanzado o más desarrollado.
Entonces, si el progresismo significa mejora o avance estaríamos diciendo que es algo positivo. Pero tal vez lo que significa avance para unos es retroceso para otros. Parece que caemos en una turbulenta relatividad. Y en esta situación relativa cada quién interpreta lo que es mejor y para quién es mejor. El opuesto a ser progresista sería ser conservador, aunque ya las corrientes y posturas se entrelacen con izquierdas, derechas, liberales, reformadores, reaccionarios, retrógradas y demás matices que pudieran sumarse. Si decir que una postura es mejor que otra es una cuestión relativa, habría que observar cual nos hace ser más humanos.
El discurso progresista está fuertemente ligado a la lucha de diversos colectivos sociales contemporáneos, como el feminismo, y constantemente pugnan por reformas y políticas que en ocasiones son polémicas. Recientemente festejaron lo que consideraron un triunfo al lograr la despenalización del aborto en el Estado de Coahuila, con lo cual se pretende extender a toda la República. Ahora sigue la regulación de la interrupción voluntaria del embarazo.
El aborto es en sí un acto criminal. Si lo comete un hombre golpeando a una mujer en gestación, el resultado del naciturus es muerte. Si lo comete voluntariamente la misma madre, el resultado es muerte. El ejercicio de esta libre decisión tiene un perjuicio mortal para un tercero. Pero en este caso, el acto ya es catalogado progresista. Negar el futuro a un ser humano no es un principio de progreso. Si el bien jurídico máximo y primero es el respeto a la vida ¿Por qué no se aplica al más indefenso de los seres? No se trata aquí de juzgar o criticar las razones por las cuales una mujer decide eliminar al naciturus, que aunque no es considerado persona, tiene derecho a la vida. Este derecho debe ser tutelado por el Estado con el fin de hacer posible su nacimiento en las mejores condiciones y tenga la posibilidad de llegar a ser persona en sentido jurídico.
Progresista sería exigir al gobierno establecer un sistema que proteja a madre y criatura, establecer un criterio de preferencia sólo en aquellos casos en los que haya un conflicto de derechos entre ambos. Exigir una infraestructura en la cual las mujeres puedan tener autonomía económica conjuntamente con su maternidad y crianza de los hijos, exigir una eficiente educación sexual de prevención de embarazo por citar algunas medidas. La finalidad del progreso debe ser el que ninguna mujer se vea en la necesidad de abortar.