Se acabaron las vacaciones y ojalá que usted haya encontrado relajación y paz en los últimos días del año, pues 2022 empieza bastante movidito. De entrada, prepárese para la sorpresa de encontrar el litro de gasolina hasta en ¡26 pesos! Pero no vaya a pensar que es un gasolinazo, pues ya aclaró el gobierno que es un simple “ajuste”.

El subidón en el precio de los combustibles es apenas una probadita de lo que será uno de los mayores retos de este año: la inflación. Los precios han venido subiendo mes con mes, de tal forma que el nivel inflacionario rebasó todas las previsiones de autoridades y analistas.

En este asunto será central el papel que juegue el Banco de México, jugando ajedrez financiero para tratar de equilibrar las cosas. Será un bautizo de fuego para la nueva gobernadora, Victoria Rodríguez Ceja. En las decisiones que impulse dentro del banco central, se verá si su compromiso es con la estabilidad financiera o con un proyecto de gobierno.

Y, bueno, la inflación sería un problema menor si hubiera suficiente dinero para enfrentarla. Pero lo cierto es que mientras la vida se vuelve más cara en la 4T, la economía no crece al mismo ritmo, lo que provoca la temible estanflación: el estancamiento económico con precios al alza. Chulada de combinación para empezar el año.

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Un nuevo incendio provocó el gobierno federal en una institución de educación superior. Esta vez fue en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, donde la comunidad académica y estudiantil reacciona ante el antididáctico recorte de recursos y, sobre todo, de personal.

Las propias autoridades de la ENAH, que encabeza el doctor Hilario Topete Lara, dieron la voz de alerta sobre el tijeretazo ordenado desde el INAH. En cuestión de un par de días, con todo y festividades en medio, el escándalo creció y ayer por la noche salió el vocero presidencial, Jesús Ramírez, a asegurar que no habrá despedidos de personal eventual como se había ordenado.

Pese a la declaración del funcionario, las cosas están lejos de calmarse en la ENAH. Para empezar, la comunicación oficial sobre el conflicto no es tan clara como la quiere hacer aparecer el gobierno. Pero lo más grave es que este asunto reveló la precariedad laboral que enfrentan los académicos y la incertidumbre que, semestre a semestre, padecen los alumnos por la falta de recursos en esa institución. Nomás falta que también a los antropólogos los llamen fifís.

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Al poblano Miguel Barbosa le quieren poner una estrellita, pero no de buena conducta sino de mal servicio. Y todo porque ahora abrió un nuevo frente de pelea (como si no tuviera suficientes) con las plataformas de transporte como Uber y Didi. Resulta que al gobierno morenista de Puebla no le gusta que estos servicios ajusten sus tarifas de acuerdo con la oferta y demanda -¡ni que fuéramos capitalistas!- por lo que ordenó toparlas sin mayor argumento que sus pistolas. A ver hasta dónde lo lleva este nuevo conflicto.

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