Morir en casa

Es imposible hacer pronósticos fiables sobre lo que nos espera en las próximas semanas con la nueva ola del coronavirus, pero es seguro que no será nada bueno.

Cada nuevo balance de los expertos resulta más desalentador y hoy en AM, dos de ellos, Alejandro Macías y Juan Luis Mosqueda, advierten sobre uno de los factores que ya ha hecho estragos en las regiones donde estallaron los contagios a causa de la variante ómicron: el impacto en el sector salud, expuesto como ninguno a contraer la enfermedad y una vez más obligado a atender a un creciente número de pacientes.

Es innecesario abundar sobre las decisiones de las autoridades, especialmente la de mantener una feria de León en la que no se cumplen las medidas sanitarias, pues casi todos los colaboradores de AM trataron hoy el tema y La Olla fue clara en señalar que el secretario de Salud, Daniel Díaz, ha hecho afrontar un riesgo enorme a los visitantes, que esperan sean cuatro millones.

Coincide además el primer fin de semana del festejo con el reporte sabatino de la pandemia, en el que se registraron 50 defunciones, la cifra más elevada en cuatro meses. Todos los indicadores del documento son perturbadores, pero el que más me llamó la atención fue el fallecimiento de siete personas en su hogar a causa del COVID-19.

Hace casi un año, el secretario Díaz informó que durante diciembre de 2020, 40% de los fallecimientos, que fueron en promedio 47 diarios, se habían producido en el domicilio de los enfermos. El País y con él Guanajuato, se enfilaban entonces hacia el momento más duro de la pandemia, los hospitales comenzaban a desbordarse, ya no había espacio para atender a todos aquellos que lo necesitaban y muchos tenían miedo de las consecuencias de ir a un lugar lleno de enfermos: el balance fue trágico.

Obviamente esas circunstancias no se repiten ahora y todos confiamos ni siquiera acercarnos a un escenario similar, pero los números son cada vez más preocupantes y ninguna precaución es superflua.

Asistentes a la Feria de León, la noche del sábado. Foto: José Antonio Castro Murillo/AM

Y el Corredor también

Como platicamos la semana pasada, eran demasiados los indicios de que el Tren Maya era un desastre y el presidente Andrés Manuel López Obrador pegó esta semana un manotazo con el propósito de rescatar este proyecto, cada vez más importante para su legado según muchos observadores.

Pero dejamos en el tintero para no extendernos demasiado los graves señalamientos que hubo acerca de otra de estas obras emblema: el Corredor Interoceánico, de la que no se habla tanto como del tren o de la refinería de Dos Bocas, pero muchos consideran que tiene incluso más importancia.

De acuerdo con columnas periodísticas que no fueron desmentidas, las autoridades tuvieron que intervenir para rescatar los trabajos, en los que ya se había infiltrado el crimen organizado. Además, esta participación se había hecho a través de organizaciones laborales ligadas con la 4T, lo cual complicó más el tema: “sindicatos chairos”, llegó a llamarlos el Presidente.

En una sorprendente colaboración difundida el jueves, uno de los más serenos defensores del régimen de AMLO, Jorge Zepeda Patterson, hizo notar que el Presidente fracasará sin duda en tres rubros que son fundamentales para los mexicanos: la seguridad, la economía y la salud: Nada más, cierto que la pandemia no ayudó. 

Y aunque haya avances en asuntos como la captación fiscal y el aumento de los salarios, Zepeda señala que el Presidente tendrá que apostar al tren y al corredor del istmo para conformar un legado rescatable.

Ya vimos esta semana las inundaciones en la refinería de Dos Bocas, un proyecto que por más que se concrete no podrá sacudirse del incierto futuro de las energías fósiles. Y qué decir del Aeropuerto Felipe Ángeles, que a dos meses de su supuesto arranque no ha concretado las comunicaciones necesarias ni operaciones suficientes para que se le pueda tomar en serio.

Por todo ello, habrá que estar atentos al desarrollo de los trabajos del tren y del corredor. Las declaraciones de que había que disponer de miles de millones adicionales para el proyecto ferroviario (¡y ese cambio de trazo al cuarto para las doce!), le costaron el empleo al titular de Fonatur. Del proceso de rescate de los trabajos en el istmo (que están ya en manos de la Marina de México), no sabemos nada todavía. Y el tiempo corre,

El Presidente de la República, en una imagen en los trabajos del Corredor, en Salina Cruz. Presidencia de la República

Oinc, oinc

Cuando me entero de los argumentos de quienes cuestionan a la ciencia, sobre todo por el temas de las vacunas, me asombro de que tanta gente sea incapaz de aquilatar el fantástico momento que vivimos en materia de conocimiento.

Uno de los casos que lo demuestran es el implante de un corazón de cerdo a David Bennett, un hombre condenado a morir a causa de una insuficiencia. Conmueve imaginar la escena en la que el cirujano le plantea enfrentar un  procedimiento que parece tan descabellado y el paciente contesta, guasón hasta las puertas de la muerte: “¿Haré oinc, oinc?”, según contó Bartley Griffith, el médico, al diario The New York Times. 

En el centro de este portentoso avance está no solo la Universidad de Maryland, donde se hizo la operación, sino también Revivicor, una empresa que lleva ya años dedicada a lo que alguno llama “orfebrería genética”, como lo muestran sus vínculos con otra firma, PPL Therapeutics, implicada en la creación hace un cuarto de siglo de la oveja clonada “Dolly”, otro caso que resonó en el mundo entero.

Recuerdo, con la ayuda de Google, el impacto que produjo en 1967 el primer trasplante de corazón, humano por supuesto, realizado en Sudáfrica por el doctor Christiaan Barnard. Las objeciones surgieron por todas partes, impulsadas por el hecho de que estas operaciones fueron poco exitosas para mantener con vida a los pacientes, hasta que se desarrollaron las sustancias que lograron controlar el rechazo de los órganos en el cuerpo de los receptores.

Como sea, el tema de los “xenotrasplantes”, es decir, entre especies distintas, está muy lejos de ser nuevo. También con sorpresa, me topo detalles de un documento sobre el tema publicado por la Academia Pontificia para la Vida ¡hace 21 años!.

Como podrá ver el lector, el texto contiene preocupaciones que suenan muy actuales, como las referidas a los derechos de los animales. Como sea, el debate continúa, como lo evidencia también esta pieza que difundió El País.

Una imagen de la operación de trasplante. Foto: Universidad de Maryland.

¿Qué ver, qué leer?

Una serie española, “Merlí: sapere aude” (atrévete a saber), derivada de otra simplemente titulada “Merlí” nos transporta al ambiente estudiantil de Cataluña y pone de relieve un tema siempre actual: la importancia que tienen los buenos maestros en la formación de los alumnos.

Realizada con finura, casi ajena a los problemas secesionistas que afectan a los catalanes y muy relajada en el tratamiento de la sexualidad de los jóvenes, la serie nos muestra qué asequible resulta realizar buenas producciones sin necesidad de complicarse la vida. Se puede apreciar en HBO. 

Los protagonistas de la serie, en un evento de promoción. Foto: Movistar

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