A sus incondicionales el presidente López Obrador no sólo no los toca ni con el pétalo de una rosa, sino que los defiende a capa y espada poniéndolos como víctimas cuando son censurados o sus errores y yerros son evidenciados. Rápidamente los justifica y culpa de ello a la oposición, los neoliberales, los conservadores y a quién se le ocurra. Al presidente no le interesan las pruebas, los testimonios, las acusaciones, ni nada. En su obstinación, soberbia y necedad, lo que él dice es la verdad y no hay más que su voz y lo que pregona. 

     Veamos el caso de la maestra Delfina Gómez, titular de la Secretaría de Educación Pública. Ante la autorización de retener salarios a trabajadores del ayuntamiento de Texcoco cuando Delfina fungió como presidenta municipal, entre 2012-2015, y que fueron utilizados con fines políticos, el presidente aseguró que era porque ya la veían como candidata para las elecciones 2023 y la exhibió como víctima de una campaña de tintes políticos en su contra. Con orgullo se refirió a ella como una mujer honesta y ejemplar para defender su censurable conducta.  

       Otro de los protegidos que el presidente ha convertido en víctima es a Pedro Salmerón. AMLO nombró a este personaje como embajador de Panamá sin importarle las acusaciones de acoso sexual que pesan sobre él. López Obrador lo defendió alegando que no existe una denuncia formal y legal.  

        Salmerón, renunció en 2019 al Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México del Gobierno tras diversas acusaciones de acoso sexual. Del ITAM también surgieron víctimas de acoso sexual durante su periodo como profesor. El colectivo de estudiantes Cuarta Ola afirma que Salmerón cuenta con acusaciones en la cuenta de MeToo y en la UNAM, así como dentro del partido de Morena. Bajo el lema “Un Acosador no debe ser Embajador” colectivos feministas se manifestaron en contra del nombramiento de Salmerón quien ha intentado intimidar y silenciar a quienes lo señalaron. El mandatario se limita a decir que todo es un linchamiento y pondera los logros de Salmerón diciendo que es un gran historiador. Menos mal Panamá no aceptó esta designación.  

      Recordemos la defensa del presidente a Félix Salgado Macedonio cuando se postuló de candidato a la gubernatura de Guerrero a pesar de tener una denuncia penal por el delito de violación agravada y otra por violación sexual a una menor de 17 años. Grupos feministas acusaron al presidente López Obrador de encubrir a un violador y lo señalaron como defensor de delincuentes que convierte en víctima al agresor. Con el pretexto de no haber sentencia, AMLO desoyó las acusaciones de las mujeres. Al final se canceló el registro a la candidatura de Salgado por no presentar su informe de egresos y gastos en precampaña, siendo sustituido por su hija Evelyn y todo quedó en familia concentrando su poder. 

      Y finalmente, el más protegido de todos: el Dr. López Gatell sobre quien pesan acusaciones graves.

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