La dizque “explicación” que dio ayer en la mañanera Octavio Romero sobre los contratos entre Pemex y Baker Hughes dejó más sospechas renovadas que dudas aclaradas.
Y es que el agrónomo presentó una gráfica para señalar que los gobiernos neoliberales también les dieron jugosos contratos a empresas… con las que su administración sigue haciendo negocios.
Lo raro es que este gobierno canceló el aeropuerto de Texcoco y generó un dramático desabasto de medicinas bajo el argumento de que las anteriores administraciones hacían transas con contratistas y proveedores, pero a los contratos firmados por Pemex desde 2019 no los tocan ni con el pétalo de una auditoría.
Y quizás lo peor es que varias de esas compañías a las que tanto criticaban han firmado generosos convenios que modifican los términos originales de los contratos… ¡en su favor!
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La sentencia de la Suprema Corte para acotar a dos años la prisión preventiva es, a la vez, una buena y una mala noticia.
Para aquellos presos que llevan 4, 6 y hasta 8 años en la cárcel sin derecho a un juicio, la sentencia de ayer es una llave para poder recuperar su libertad.
Sin embargo, los dos años de prisión preventiva validados por la Corte también dan amplio margen al Ministerio Público para que un testigo protegido acuse sin pruebas a cualquier ciudadano o a un político de la oposición y este se pase al menos dos años en la cárcel, mientras la autoridad investigadora averigua si hay o no pruebas de su culpabilidad.
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Qué capacidad tiene Andrés Manuel López Obrador para crear problemas diplomáticos donde no había conflicto alguno. Al frente abierto con EU por las energías limpias, sumó una nueva disputa con España al poner las relaciones en “pausa” por su pleito con Iberdrola y su deseo de amedrentar a la banca española para no pujar por Banamex.
A eso se agrega el innecesario zipizape con Panamá por el nombramiento en la embajada mexicana y el descontón gratuito contra Austria por el penacho de Moctezuma. ¡Ah, pero los gobiernos totalitarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua que ni se los mencionen!.
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Puede alegar que lo suyo, lo suyo es el sarcasmo, pero nada más de leer cómo se presenta a sí mismo en su cuenta de Twitter el nuevo secretario académico del CIDE que fue impuesto desde el Conacyt, Jordy Micheli, se pone la piel chinita: “Estoy seguro de que este gobierno ataca a la Ciencia, pero yo le quiero escupir a un científico, además la Tierra es plana y los niñ@s no deben ir a la escuela”. El chiste -si es que esto es chistoso- se cuenta solo.