Los mexicanos no son flojos, son de los que trabajan más horas en el mundo. Según la OCDE, entre sus 37 países miembros, nadie trabaja 2,124 horas al año en promedio como lo hacen los mexicanos, 50% más que los japoneses, 30% más que los estadounidenses y 62% por encima de los alemanes; y, en relación al salario promedio de un trabajador alemán por hora, equivalente a 507 pesos, en México, el promedio sería de $26 pesos por hora. “La mayor contribución de sangre, sudor y lágrimas corresponde a América Latina, África, Medio Oriente y el Este de Asia”: Luis Miguel Gonzáles, analista.

Queda claro que, para crecer y mejorar los índices de bienestar y de ingreso, no solo se necesitan horas de trabajo, como lo demuestran las estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Los mexicanos llevan años esforzándose para alcanzar la quimera de una mejor vida: las casas que adquieren con crédito INFONAVIT, que estaban acotadas a un número de salarios, cada vez son más chicas, su capacidad de adquisición es menor, porque los incrementos a su salario siempre habían sido menores que la inflación. 

Algunos empresarios cifraron sus ganancias a partir de usufructuar mano de obra barata, ganaron mucho dinero con la plusvalía de la fuerza de trabajo no pagada, en la producción de un valor de uso. Era indigno e injusto el salario que se pagaba, de tal manera que este gobierno tuvo que incrementar el salario mínimo más de un 60%. 

Pero, ¿qué le está faltando a México? La gente trabaja duro, pero durante los últimos 50 años, el crecimiento de la economía mexicana ha sido mediocre y casi nulo. Existen factores decisivos a la vista: baja productividad, salarios con poco poder adquisitivo que generan exiguos niveles de ingresos. Es importante señalar que en la productividad incide la actitud, la preparación y habilidad del trabajador; pero, no es solo eso, también cuenta la calidad y estructura de la organización donde se labora, la tecnología, la maquinaria y el tipo de equipo con el que trabaja, el liderazgo gerencial, los estímulos y prestaciones. 

El salario de 1941, era mejor que el de ahora; a precios corrientes equivaldría a valores presentes de $157.70 pesos diarios, todavía por arriba del de 2021. Todo esto sucedió porque durante décadas, el incremento al salario nunca se reconoció por arriba de la inflación, con el frívolo argumento de que subirían los precios de los productos al consumidor. Es decir, la inflación la pagaba el obrero, no la absorbía el capital. Todo esto en el amasiato de las oligarquías con los gobiernos, y los lideres sindicales charros, al servicio del capital. 

 México no avanza en el combate a la pobreza, está estancado en el mismo nivel de pobreza relativa, comparándolo contra Estados Unidos o el Reino Unido. Los mexicanos han sido, en promedio histórico, unas 3.5 veces más pobres que los comparables, pese a que los mexicanos trabajan 2 mil 400 horas al año y norteamericanos solo mil 800. 

Algunos expertos señalan que el exiguo crecimiento de México está íntimamente relacionado con el gasto de los Gobiernos federal y estatales que no gastan bien y por lo tanto no impactan positivamente en la economía. También afirman que la mezcla de capital y trabajo es muy poco productiva: “La Productividad Total de los Factores “(PTF)”, es pobre y baja.

Lo extraño es que países con niveles muy similares de capital y trabajo generan mucho más valor. El motivo por el que México no crece se encuentra en su pobre desempeño de la Productividad Total de los Factores. Entonces, la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿por qué México genera empleos que generan tan poco valor agregado?

Todo lo anterior hace sentido con la gran caída de poder adquisitivo que se ha experimentado en el País en los últimos 50 años. Si la productividad fuera más elevada observaríamos una tendencia creciente en el índice de remuneraciones. A lo largo del tiempo, esto se ha agravado por la exigua inversión en bienes de capital del sector privado, en relación por cada trabajador, agudizando el efecto de la disminución en la productividad. ¡Así las cosas!

Desde el fin del Desarrollo Estabilizador, 1954-1970, cuando el País tenía crecimientos económicos, del 6% y 7% anual, estabilidad cambiaria e inflación del 2%, México no ha vuelto a ver su estrella. No se puede pasar por alto que cuando el barril de petróleo ha estado por arriba de los 120 dólares, tampoco crecimos y la pobreza aumentó. ¿Qué sucedió con los miles de millones de dólares de los excedentes petroleros, cuando se cotizó el barril a más de 150 dólares? Nada, se los dieron a los gobernadores, que se los gastaron en suburbans, palenques, viajes y viejas, y el resto, se lo echaron a la bolsa.

Los hombres, para sobrevivir, construyen sus propias utopías, siempre se piensa que el futuro será mejor& “Mientras unos se mueren de hambre, otros se mueren de miedo de que se los coman los que tienen hambre:” Lula da Silva

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