¡Saludos alegres! Nuevamente invito a los papás o a los abuelos o a las personas mayores que pueden influir en los menores para que se conviertan en lectores que hacen falta en esa sociedad.

El libro seguirá buscando nuevos amigos a quienes les interese el gusto por la lectura. En esta columna podemos disfrutar cuatro pequeños y agradables cuentecillos que nos van a pedir que les demos diez minutos de atención.

Leamos: El talismán “Un príncipe y una princesa recién casados visitaron a un sabio ermitaño. Le pidieron un talismán para asegurarse de que su matrimonio siempre fuera feliz. El ermitaño les aconsejó encontrar una pareja feliz y pedirles un pedazo de tela. Todas las parejas que conocían tenían algún problema. Al fin encontraron a un pastor y su esposa que vivían felices. El príncipe y la princesa les pidieron un pedazo de tela. La pareja les dijo tristemente que eran tan pobres que ni siquiera podían comprar un trapo. Los recién casados volvieron con el ermitaño y le contaron lo que aprendieron. Descubrieron que para ser felices debían sentirse satisfechos con lo que tenían”.

Enseguida leamos El viajero presumido: “Había una vez un viajero que volvió de uno de sus viajes, reunió a sus amigos y les habló de su nueva aventura: “Hace unos días fui a Italia. Salté tan alto que toqué la punta de la torre inclinada con mi índice. Si alguno de ustedes visita Italia, pueden preguntarle a cualquiera de mí”. Un anciano estaba escuchando todo lo que decía. Antes que la multitud aclamara al viajero. “Hijo, no creo que ninguno de nosotros vaya a Italia.  Mejor imagina que estamos justo ahora en ese país, y muéstranos tu gran salto.” Avergonzado, el viajero presumido ya no tuvo más que decir”.

Ahora lean el tercer cuentecillo: Una venganza fresca: “Un elefante y un sastre eran buenos amigos y pasaban gran parte del tiempo juntos. Un día, el sastre fue a un pueblito lejano a trabajar, así que le pidió a su aprendiz que se encargara de la tienda. Cuando el elefante llegó a ver al sastre, encontró al aprendiz en la silla de su viejo amigo. El aprendiz se acercó al elefante. Llevando un coco y una aguja. Engañó al pobre animal y pinchó su trompa con la aguja. Al día siguiente, el elefante fue a la tienda con la trompa llena de agua, empapó al aprendiz en la tienda.”

Finalmente, este es el cuarto: Un padre siempre hace lo mejor: “Un granjero fue al mercado a vender su caballo y lo cambió por una vaca, a la vaca por una oveja, a la oveja por un ganso, al ganso por una gallina y a la gallina por un saco de manzanas. Un inglés le apostó que su esposa le gritaría por haber obtenido tan poco a cambio. Sin embargo, cuando la esposa oyó sobre el trato, se puso muy contenta. Miró a su hijo y le dijo: – Tu padre siempre hace lo mejor. Ahora puedo pagar con manzanas los cebollines que le compré a la anciana.- El inglés perdió la apuesta y le entregó al granjero el oro que le había prometido.” Nos leeremos en la próxima.

El Pilón Filosófico: “Hay muchos libros que valen más de lo que cuestan, o sea un libro que tú pagaste en $20 te puede redituar por lo menos 5 tantos de lo que pagaste ya sea mejorando tu inteligencia, aumentando tu vocabulario, o activando tu fantasía”.

Editorial: Winbook.

Precio: $100

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