Estar en la cúspide del mando político no nada más en México sino en cualquier parte del mundo, con un control absolutista, es ejercer los poderes de un rey o sultán@. Lo que él o ella ordenan, se cumple so pena de discriminación y hasta ostracismo. La manera de mover los hilos o piezas de ajedrez, puede ser distinta pero la ambición desmedida no cambia el sustento autoritario.
El gobierno de la 4T, lo tiene AMLO, totalmente, desde Palacio y no oculta sus formas para decidir asuntos vitales o espinosos. Él da la línea, aunque no se vea y como hay, en los otros poderes pero muy especialmente en el Legislativo, una mayoría controlada por Morena, la decisión del alto mando se cumple o se cumple.
Tal realismo traía en la mente el ex presidente brasileño Luiz Ignácio Lula Da Silva, quien vino a México invitado oficialmente.
Es lógico que si usted convoca a un amigo a su casa o a algún gobernante a su país, el huésped no va a cometer la grosería de criticarlo y menos sugerirle lo que debe hacer. Su sentido común le indica que el cumplido mejor es el elogio, aún desmedido, y la felicitación de todo y por todo.
Por eso Lula se expresó con lenguaje almibarado hacia Andrés Manuel López Obrador.Tienen “una luna de miel” , con su gobierno, expresó a los diputados@ con quienes se entrevistó. Los padres y madres curulecos recibieron como bálsamo energético la expresión y a gritos: ¡Presidente, presidente!, adelantando que irá de nuevo por el gobierno en su tierra, Brasil, y que ganará.
Luego con los padres@ conscriptos o sea morenistas Senadores, les aseguró que “el Estado, puede dar energía a los pobres”, refiriendo y apoyando la reforma eléctrica que el tabasqueño impulsa para que todo dependa del gobierno.
Los elogios de Lula hacia AMLO, no tuvieron límite alguno a grado que lo ponderó como “un regalo”, no dijo si de sus padres o del cielo. Y lo consideró excepcional a grado de afirmar que gente como su amigo y anfitrión “no nace todos los días”.
En su momento elogió a Ricardo Monreal, por su activismo plural dijo, en la Cámara Alta. Lula, igualmente, apreció a Olga Sánchez Cordero. Traía miel para todos.
No vamos a calificar y menos descalificar la visita y actitudes del político brasileño, lo que hay que resaltar son sus excesos en la apreciación de la situación de México. Eso de colocar como caudillo, mesías, personaje único a López Obrador, no le ayuda ni al mismísimo Andrés Manuel, ya que con tal visión se anulan los factores democráticos que en una República están siempre en juego.
Lula no ignora, si lo desconociera sería absurdo, cómo llegó al poder Lopez Obrador, o sea manipulando a mucha gente con reparto de dádivas, “maiciando” y eso es comprar voluntades. Repartir a los pobres y muchos no tan pobres, para asegurar una mayoría, tal sistema o mecanismo, riñe con la democracia.
Ahora para la revocación de mandato se maniobró a efecto de que el INE encaminara el proceso, a grado tal que quienes recaudaron firmas para la validación, sacaron hasta las credenciales de gente fallecida que, a la antigüita, volvió a votar.
El maniobrismo no era necesario, como tampoco lógico, y hasta formalmente lo es la votación. AMLO fue electo para seis años, ¡que los cumpla! No hay que esperar que se vaya a su rancho ahora, sino hasta el final de su mandato.
A Lula Da Silva, le faltó decir que López Obrador es un personaje providencial, o sea que Dios lo mandó para que sacara a los pobres de la miseria. Que bueno para el brasileño que no lo dijo, porque la verdad es que los pobres han aumentado en México y no únicamente esos sectores sino los miserables que en nuestro municipio, León, ocupan un lugar preponderante.
Nota Marginal: La pregunta de una diputada, de si darles a los empresarios una parte del impuesto recaudado, estatalmente, en las nóminas, es equidad, merece una respuesta, que no dudamos tiene en mente el Primer Síndico leonés. Esperaremos sus argumentos lógicos pero más que nada justicieros.