Desde que Estados Unidos se convirtió en una superpotencia mundial, intenta imponer al mundo el “american way of life”. Los medios noticiosos y el cine de Hollywood, han sido tozudos artesanos que han construido en las conciencias de Occidente la impronta del prototipo del héroe y del villano, del bueno y el malvado de la película.  

Sorprendentemente, con la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la URSS, no fue el fin de los villanos rusos en la pantalla. Quizás por un tiempo su presencia disminuyó, pero los rusos fueron y siguen siendo, junto con los árabes, los villanos favoritos de Hollywood. Para los que les gusta las películas de acción e intriga, siempre verán la representación del malvado como un espía ruso, e invariablemente el bueno será el héroe norteamericano. 

“En el entretenimiento estadounidense, hacen referencia a los rusos como horribles personas”: dice la profesora rusa-estadounidense con sede en Estados Unidos, Nina Khrushcheva, la bisnieta del líder soviético Nikita Khrushchev.

Los rusos siempre han sido los antagonistas perfectos para Hollywood desde el final de la Segunda Guerra: los enemigos de la humanidad, los espías encubiertos y sin sentimientos, hombres crueles y desalmados, los del mundo sin colores, han sido el contrapunto perfecto para el cine. Existe esa nostalgia por un villano fácilmente reconocible, que no necesite muchas explicaciones como el extraño mundo árabe, que es muy útil para generar miedo y construir así la contradicción, la imagen del bien y del mal y la recodificación de los viejos miedos. 

La actual Rusia de Putin equivale a la otrora malvada URSS, cuya presencia geopolítica era inadmisible, por eso hay que combatirla, dicen los vocingleros del imperialismo norteamericano.   Por ello, desenterrar los viejos arquetipos del mal y el bien, son una instancia segura para recrear los miedos y villanos de los años 80, un escenario perfecto de enfrentamiento, para el resurgimiento del Tío Sam con aires triunfales del poderío estadounidense y los días emblemáticos del Hollywood de sueños y aventuras.

Así las cosas, si pudiéramos deconstruir la terrible imagen que a lo largo del tiempo nos han forjado de los rusos, tal vez se veríamos con mayor objetividad lo que está detrás de la guerra en Ucrania: la expansión militar de la OTAN hacia el Este en el territorio de Ucrania, el patio trasero de Rusia, lo que es inaceptable para Vladímir Putin. Lo anterior, es algo similar a lo que en su momento le sucedió a Estados Unidos, con Cuba: consideraron inseguro tener a los vecinos armados con misiles rusos. 

Es importante recordar que, en diciembre de 1989, cuando el fin de la Guerra fría, George Bush, los estadistas europeos y Mijaíl Gorbachov, se reunieron en Malta para proclamar el final de la Guerra fría. Fue entonces cuando, en esa lógica, los líderes de las principales potencias occidentales dieron garantías a los dirigentes rusos, de que la OTAN no avanzaría “ni una pulgada hacia el Este”, una vez que Gorbachov aceptó la unificación de Alemania y su entrada en la Organización del Atlántico Norte.

Ucrania violó el tratado de Tratado de Minsk y el memorándum de Budapest, no se ha cumplido lo que le ofrecieron a Rusia; además, la OTAN no ha avanzado pulgadas hacia el Este, sino kilómetros y ha sobrepasado linderos inviolables. Rusia, también demanda seguridad, igual que lo hace Estados Unidos, éste nunca permitiría que en América se instalaran misiles de una potencia asiática.

Pero, ¿por qué se desgarra las vestiduras el gobierno de Bidden? Se muestra aterrorizado por la invasión de Rusia a Ucrania y el movimiento separatista de las regiones de Donetsk y Luhansk, rebeldes desde la guerra de Dombás en el 2014. Históricamente, si algún gobierno ha sido agresor, bélico y abusivo, ha sido los de Estado Unidos. Las intervenciones estadounidenses, directas o encubiertas, marcaron la historia del siglo XIX  y XX, en América Latina. 

Sería interminable mencionar la larga lista de las atrocidades, derrocamientos y guerras, en las que el Tío Sam ha estado involucrado, sin beneficios palpables para el mundo: “la guerra contra España en Cuba, la ocupación de Cuba, Puerto Rico, Nicaragua y Haití. Además, también han sido blanco de sus políticas intervencionistas, Argentina, Chile, Nueva Granada, Colombia, Paraguay, Brasil, Republica dominicana. Y, ni qué decir sobre los agravios a México: Una guerra injusta, la perdida de la mitad de nuestro territorio; dos intervenciones militares, y la conspiración en la Embajada de los Estados Unidos para derrocar y asesinar al presidente Madero. El Gobierno de Estados Unidos es el único del mundo que ha lanzado bombas atómicas  indiscriminadamente sobre la población civil.

“Hay causas por las que vale la pena morir, pero ninguna por las que vale la pena matar. La guerra es la vergüenza humana”: Albert Camus

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