Mal y de malas
Pasa el tiempo, pasan los gobiernos y tal parece que el problema de los millones de pares de zapatos que entran de forma ilegal a México más allá de acabarse, o por lo menos reducirse, cada año sigue en crecimiento.
Y nos queda claro, que no es un asunto que daña solamente a la industria del calzado, sino a prácticamente todos los sectores en México, ocasionando cierres de empresas y pérdidas de empleos constantes.
Levantarse y tomar la decisión de un día para otro de dejar de hacer un zapato sintético no es un tema sencillo, pero aquellos que han logrado enfrentarlo, hoy pueden decir que valió la pena.
Platicando con un fabricante de calzado que da empleo actualmente a 40 personas y el cual me pidió no mencionar su nombre, me contó que sus inicios en el sector calzado fue como muchos, vendiendo zapato sintético, tomando como “referencia” los zapatos de reconocidas marcas deportivas y haciendo docenas en aquellos modelos que mejor se le vendían, ofreciéndoles de calle en calle, principalmente en colonias como el Coecillo y San Miguel, en donde el pago que recibía era demasiado poco, y además tenía que esperar largos periodos para que lo pudiera tener en sus manos.
“De plano cuando me llegaba el dinero, ya lo debía, porque tenía que andar autofinanciado para comprar el material para los pedidos que me hacían antes de que me pagaran”.
Actualmente tiene una oferta de por lo menos 40 diseños de diferente en calzado para hombre de vestir y urbano, comercializa el 70 por ciento en México y el 30 por ciento en Estados Unidos.
Un ejemplo
Aunque no tiene aún tiendas propias, si cuenta con 10 unidades en diferentes partes de México, que logró abrir en alianza con empresarias de esas ciudades, que venden sus modelos a un precio de entre 800 y 1,500 pesos, con su propia marca.
Y hablando de marca vaya que le ha invertido en creatividad y dinero para posicionar en medios digitales, en sus tiendas y con la participación de conocidos personajes que se han convertido en embajadores de su producto, incluso algunos de ellos hoy por medio de alianza han hecho diseños exclusivos en donde ambas partes ganan una ganancia, y en ocasiones un porcentaje incluso se destina a fundaciones sociales.
Le afecta el que millones de pares entren a México a un precio subvaluado, si, claro porque él es parte de un gremio, “y porque es triste como las autoridades no hacen nada, y por el contrario, pero de forma particular no hay ninguna marca asiática que haga un zapato igual al mío, no vendo los grandes volúmenes, pero sí lo suficiente para tener un negocio rentable y pagarles a mis empleados un sueldo competitivo”.
Quiénes se van a sumar
Ayer en la rueda de prensa de resultados de Sapica, el presidente de la CICEG y CANAICAL, Alfredo Padilla reiteró que entre las apuestas que está teniendo el sector, es de la que cada vez más empresas apuesten por el zapato en piel ya sea bota vaquera, infantil para dama o caballero, pero regresar a ese producto que tantas bondades le dió a las anteriores generaciones.
Dijo que es un producto que el mercado norteamericano está pidiendo y que sin duda se puede vender a un mejor precio que el sintético.
Un dato importante a mencionar es, que todos aquellos que vayan a hacer una reconversión, habrán de voltear a la exportación, porque con la situación actual en México, tampoco es sencillo que te paguen un zapato entre mil y 2 mil pesos, sin embargo si hay un nicho que está dispuesto a, y en el extranjero es aún mayor.