Con el paso de los años, las vendettas políticas, en lugar de desaparecer o diluirse, muchas veces se agudizan y se tornan más agresivas, sobre todo con la evolución y cambio de posiciones en ese vaivén o “rueda de la fortuna” como suelen llamarle a la política algunos de los personajes más clásicos: “A veces se está arriba y a veces se está abajo”.

Cuando se termina el poder, se acaban o disminuyen los amigos, hay traiciones, ingratitudes, en ocasiones, soledad y hasta el destierro. Desaparecen los elogios y adulaciones, sus opiniones no cuentan, no existen los reflectores, ni las entrevistas; si bien les va, sólo les queda la indiferencia y su retorno al anonimato, pero hay casos en que son perseguidos, acusados, procesados y encarcelados. Así ha sucedido con catorce ex gobernadores en México, en los últimos diez años, según registros estadísticos (contrareplica.mx 9/07/20 Luis Carlos Rodríguez); el más reciente, corresponde al ex gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez “El Bronco” quien fue detenido el miércoles 15 de marzo, internado en el penal de Apodaca, Nuevo León, imputado y declarado con Auto de Vinculación, por el delito de lavado de dinero, o sea, uso de recursos de procedencia ilícita, se dictó prisión preventiva de oficio.

Remontémonos hasta hace cuatro años, en el 2018 precisamente, en que todo era miel sobre hojuelas para el entonces Gobernador Jaime Rodríguez “El Bronco”, pues había logrado obtener su registro para ser candidato independiente para la Presidencia de la República y para esas fechas (enero a julio de 2018) le habían concedido licencia a su cargo para realizar su campaña política. Para el mes de mayo de 2018, arribó a Guanajuato, para realizar una gira por varios municipios; en León estuvo el día 9 de mayo, y realizó varios actos promovidos por su equipo de trabajo en campaña. Ese día fui invitado a una reunión-cena con la asistencia de Jaime Rodríguez “El Bronco”, como actor principal, donde se anunciaba un mensaje de dicho candidato y un diálogo abierto con líderes empresariales, con mujeres emprendedoras, con académicos y miembros de la sociedad leonesa.

Esa jornada nocturna de lujo, en un salón de fiestas y eventos, de los mejores de la ciudad, con una cena formal de tres tiempos y con una profusa asistencia, causó buena impresión. Recuerdo que ahí habló de la educación, de capacitación para el trabajo a los jóvenes y de varios proyectos que llevaría a cabo si obtenía la Presidencia de la República; obvio, hablaba de la incidencia delictiva y de corrupción, teniendo como punto principal el mutilarles las manos a los corruptos y a los rateros.

Tuve que salir del evento antes de que concluyera para acudir a otro compromiso; un reportero muy avieso de un periódico diverso a este de casa, me abordó siguiéndome hasta mi auto, solo para preguntarme si confirmaba la información que tenía de que su servidor había patrocinado el pago de ese evento tan costoso, a lo que de inmediato respondí negativamente, aclarando que no tenía los recursos económicos ni el interés para hacerlo.

Quienes mantenían una relación directa con el equipo de campaña de “El Bronco”, era un grupo de activistas que promovían también a un joven leonés muy destacado y sobresaliente, egresado del Tec de Monterrey, muy amigo nuestro tanto él como su familia, quien precisamente me corrió la invitación; se trataba de Rubén Fonseca Caldera, quien a la sazón, andaba en campaña como candidato a Presidente Municipal por León, apareciendo en su propaganda con el seudónimo de “El Bravo”, quizás emulando al personaje hoy en desgracia.

“Las candidaturas “independientes” son un lujo que exige tener fondos o una red para desviarlos”. Juan Villoro. (Periódico A.M. pág 5B. 18/03/22).

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