Nueva etapa en salud

Y como todo parecía indicarlo, el Gobierno de la República anunció que el IMSS Bienestar es la nueva apuesta en materia de salud y el polémico Insabi pasa a segundo plano (¿o desaparece?)

El presidente López Obrador confirmó el cambio de estrategia y anunció que su administración contempla revolucionar el sistema de atención de pacientes con una inversión de al menos 200 mil millones de pesos, cuando faltan 30 meses para que termine su mandato,

Llamó la atención sin embargo que en su anuncio del martes, muy válido pero que en el fondo supone -para citar a un clásico- el reconocimiento de lo que no funcionó, López Obrador señalara que si algunos estados rechazan sumarse al nuevo esquema, lo harán porque tienen intereses corruptos en la compra de medicinas.

Uno pensaría que después del tropiezo del Insabi, el gobierno federal podría ser más cauto a la hora de repartir etiquetas, pero por lo visto no. La adquisición de los medicamentos es un proceso complejo, que se presta a muchas desviaciones, pero ya vimos también los resultados de eliminarlo al bote pronto, como ocurrió al principio de este sexenio.

Y en medio de este nuevo sismo, llama la atención la calma de Guanajuato. El Secretario de Salud, Daniel Díaz, sostuvo no solo que el estado mantendrá el control de su sistema, sino que lo acordó con las autoridades federales en un proceso que no ha provocado, hasta donde se ha visto, mayores turbulencias.

Que así siga todo y que el IMSS sea capaz de responder al nuevo desafío que se le ha impuesto. El doctor Éctor Jaime Ramírez Barba, que sabe un rato del tema, ya advirtió que para el instituto será un proceso complicado pasar “de las guacamayas a los guacatacos”.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador y el director del IMSS, Zoe Robledo, durante la presentación de la nueva estrategia de Salud.
Foto: Presidencia de la República

¿Luz al final del túnel?

Una de las características más nefastas de la pandemia de la COVID-19 que ha azotado a la humanidad -después por supuesto de las muertes y las incapacidades- ha sido la capacidad del coronavirus de volver a la pelea cuando pensábamos que estaba por ser derrotado.

Aunque la terrible oleada que padecimos al final de 2020 y el inicio del año pasado estuvo alimentada por las condiciones favorables que trae consigo el invierno, el contraataque de la variante ómicron no se lo esperaba nadie y provocó consecuencias mucho más serias que las que en un principio se calcularon.

Ahora volvemos a las mismas. Mientras en muchas latitudes, y desde luego en México, el descenso de los fallecimientos hace abrigar esperanzas de que estemos en la recta final, el súbito resurgimiento de la enfermedad en China, la aparición de la enésima variante y el fastidio de la gente, cada vez más reacia a observar medidas de contención, impide pensar que podemos pasar a otra cosa.

Como sea, hay un indicador elocuente: aunque se explica por el torrente de información surgido tras el ataque de los rusos a Ucrania, sobre todo en los medios europeos, el descenso de las noticias acerca de la COVID es notable. Ojalá que así sigamos y que lo que leamos sean buenas noticias.

Mientras Guanajuato liga dos jornadas sin reportar fallecimientos, ya hay quienes hablan de que viene la cuarta dosis, un nuevo refuerzo. Foto: AM archivo

En llamas

En la época en que todavía padecíamos un enorme control de la información y, desde luego, no había ni web ni redes sociales, el corresponsal de un medio norteamericano sostenía que quien dijera que entendía la política de México estaba necesariamente mal informado.

Sin pretender desde luego entenderla, así me siento de pronto estos días de enorme crispación por el asesinato de periodistas, el proceso de revocación de mandato y la inauguración del nuevo aeropuerto de Santa Lucía, por citar algunos de los temas que más encono provocan.

Podemos imaginar la cantidad de reportajes (y de propaganda) que vamos a ver esta semana, desde que a las cinco de la mañana del lunes el Presidente de la República salga de Palacio Nacional para demostrar lo rápido que es llegar al aeropuerto Felipe Ángeles.

Ya será el tiempo el que brinde el balance definitivo acerca de esta discutida obra. Soy de los que piensan que fue un exceso cancelar la que se desarrollaba en Texcoco, pero sobre todo, que no se ha explicado que hubiera razones suficientes para hacerlo.

Sobre el nuevo aeropuerto, me parece evidente que sus alcances son mucho más modestos, que resulta evidente que no están ni de lejos terminadas las obras adicionales que lo harían más funcional y, sobre todo, que está pendiente ver cómo se desarrolla el tema fundamental de la gestión del espacio aéreo, sobre el que tengo la impresión de que expertos que no tienen filiación evidente, han advertido que será un desafío complicado.

Semanas intensas las que vienen.

Las obras de ampliación en la Línea 4 del Mexibús, que va de Indios Verdes a Tecámac, no han avanzado debido a que no se ha completado el acceso al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles a través del municipio de Tonanitla.
Foto: Agencia Reforma

¿Qué ver, qué leer?

Hace ¡ay! 40 años, cuando editaba el servicio matutino de una agencia de noticias, surgió la oportunidad de cubrir la farándula: la súbita renuncia de una reportera y mi horario de trabajo, que terminaba a las 3 de la tarde, me permitieron emprender aquella aventura que duró unos años y fue muy divertida.

Guardo de esa época grandes recuerdos y enseñanzas: aquel reportero que enojado por la admiración que despertaba entre las colegas el joven y guapo Richard Gere, le preguntó si su papel en “American gigolo” era autobiográfico, una larga plática con Franco Zeffirelli, entre los que rescato a botepronto.

Pero si había algo que disfrutaba de veras era recibir mi pase para todas las películas de la Muestra Internacional de Cine, un banquete fabuloso que duraba tres semanas y me permitía no solo ver algunas obras famosas que tardaban en llegar a las salas, sino apreciar muchas otras que ni por casualidad eran exhibidas.

Pues bien, ahora la muestra está en casa. Aunque es claro que aquel festín de piezas poco comerciales es irrepetible y que nada reemplaza a la experiencia de ver el cine en una pantalla, no deja de asombrarme la facilidad con la que hoy, por ejemplo, tenemos acceso a la mayor parte de las películas nominadas a los Oscar. Aprovechemos, pues.

Benedict Cumberbatch y Kodi Smit-McPhee, en una escena de El poder del perro, de Jane Campion, la gran favorita Foto: Netflix.

 MCMH

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