¡Saludos con olor infantil! Sigo insistiendo en los beneficios sociales que obtendríamos si en México aumenta el número de lectores. Los lectores pueden lograr una inteligencia más eficiente, más emprendedora, más capaz para enfrentarse a los cambios acelerados que estaremos viviendo. Las neuronas de los infantes están esperando que sean cultivadas leyendo. Por eso insisto en que debemos cultivar la habilidad de leer, y la competencia lectora. Leamos ahora estos otros cuentecillos agradables: La liebre y la tortuga: “Había una vez una veloz libre que alardeaba de lo rápido que podía correr y se burlaba de la tortuga por su lentitud. Harta de oírla presumir, la tortuga la desafío a una carrera. Todos los animales se reunieron para verlos. La carrera comenzó. La liebre corría muy rápido y la tortuga se iba quedando muy atrás. Como la liebre le llevaba mucha ventaja decidió detenerse a descansar bajo un árbol. La liebre se quedó dormida y la tortuga la pasó y se dirigió a la meta. Cuando la liebre se despertó, corrió lo más rápido que puedo, pero vio que la tortuga ya estaba en la meta. Increíble ¡La tortuga había ganado la carrera! La perseverancia de la tortuga la llevó a ganar la carrera”.   El gallo y la perla: “Había una vez un gallo que se paseaba por la granja con las gallinas. Siempre tenía hambre, escarbaba y buscaba granos en el suelo. Luego notó que había algo brillante en la paja y se sintió feliz, pensaba que había encontrado un enorme grano de arroz pero resultó una perla. La perla seguía brillando sobre la luz del sol, era una joya reluciente, pero el gallo dijo: “Tal vez sea un tesoro para los hombres, pero para mí no tiene valor. Preferiría encontrar un solo grano de cebada que una perla”. La cigarra y la hormiga: “Era primavera, la cigarra se divertía mucho cantando y bailando mientras que la hormiga era muy trabajadora. Recolectaba granos y los almacenaba en su casa. La cigarra no comprendía por qué la hormiga trabajaba tanto y le dijo que fuera a jugar con ella. La hormiga le contestó: no puedo, estoy recolectando comida para el invierno. Y le dijo que no se preocupara por el invierno porque estaba muy lejano y siguió cantando. Cuando llegó el invierno, la cigarra se moría de hambre y vio que la hormiga trabajadora tenía mucha comida. Entonces tarde se dio cuenta que su tiempo se había pasado sin ser previsora”. El caballo y el asno: “Un caballo y un asno viajaban juntos. El asno cargaba una pesada carga en su espalda. Le dijo al caballo: Me gustaría ser como tú. No haces nada y tienes una silla dorada. El caballo levantó la cabeza con orgullo. Al día siguiente, se llevaron al caballo al campo de batalla. El caballo quedó herido, derribado y para su mala suerte, cayó en un espacio lleno de lodo. Al día siguiente el asno que llevaba medicinas y agua para los heridos, se sintió avergonzado de su envidia y reconoció su error, reflexionó y se dio cuenta que era mejor ser humilde, en lugar de llevar una silla dorada y tener que enfrentar la misma muerte”. Nos leeremos en la próxima. El Pilón Filosófico: “Hay libros que nos dan lecciones, no de escuela, sino para la universidad de la vida”.

    

Editorial: Winbook.

Precio: $100.

Capturista: Mónica Caballero.

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