El diez de abril, se llevará a cabo la consulta a los mexicanos sobre la conveniencia de que el Presidente continúe gobernando, o que por falta de confianza se le revoque el mandato y el Congreso nombre a un interino. La pregunta aprobada para la consulta ciudadana en esta materia es la siguiente: “¿Estás de acuerdo en que Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, se le revoque el mandato por pérdida de confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?”
El espíritu de incluir en la Constitución este nuevo instrumento de la democracia, la consulta directa al ciudadano, que fue aprobado por todos los partidos, tiene su origen en la campaña presidencial, cuando el PAN, junto con organismos cúpula de ultraderecha, promovieron campañas de terror, acusando a AMLO de dictador que se reelegiría en el poder, como sucede en Venezuela.
En contrapartida, el entonces candidato de Morena, negó rotundamente la acusación y se comprometió a que, de llegar al poder, mandaría al Congreso la Iniciativa de Revocación de Mandato. Éste nuevo instrumento de la democracia empoderaría a la sociedad, de tal manera que podría destituir a los malos gobernantes y decidir sobre temas trascendentales de la vida nacional.
Con la participación directa del ciudadano, se consigue una democracia participativa, más directa y por ello más comprometida con los resultados que genere. A la vez, esto se traduce en un mayor interés y responsabilidad para la sociedad por involucrase en ciertas tareas, ya sean éstas de carácter político, jurídico o económico, que afecten al país, según lo considere el ciudadano.
Esta Reforma Constitucional, que fue aprobada el 7/09/21, por mayoría calificada, da la pauta para una nueva relación del poder político con el ciudadano. Es decir, se da un espacio a la democracia participativa, se le consulta al ciudadano y no a los representantes, diputados y senadores, que sería la democracia representativa que históricamente ha tenido México.
Independientemente de que el ciudadano vote que se vaya, o se quede el presidente López Obrador, no se puede pasar por alto el significado del evento: sentar las bases a futuro para un mayor empoderamiento de los ciudadanos en los asuntos públicos que les afectan. Sin participación abierta no hay democracia. De esta manera, la función de gobernar deberá estar íntimamente ligada a la participación social en las decisiones gubernamentales y trascender, así, de la queja a la participación activa.
Así las cosas, los gobiernos deberán de estar abriendo espacios y mecanismos para la participación continua de la sociedad civil, a fin de que la voz de individuos y comunidades, pueda ser escuchada. Inglaterra consultó a los ciudadanos sobre el Brexit; Chile, sobre la permanencia de Pinochet en el poder; y, Colombia, sobre la conveniencia de una nueva constitución, entre otros. Estados Unidos, Chile y Suiza, también tienen la figura de Revocación de Mandato.
Sin embargo, políticos de oposición, organismos empresariales y camerales, en lugar de celebrar el inicio histórico de la democracia participativa en México, piden no participar. Extrañamente, estos son quienes gritan a los cuatro vientos: “¡Que se vaya el Presidente, porque nadie lo quiere”! La solución no es solo quejarse, la verdadera solución está en las urnas el 10 de abril. Pero, entonces, ¿por qué piden no acudir a votar? Seguramente, porque no son tan demócratas como dicen, o por temor a verse como una pequeña minoría vociferante que no quiere a López Obrador y mejor apuestan por el abstencionismo.
Al texto, con la reforma, la Constitución señala que, en caso de haberse revocado el mandato al presidente de la República, asumirá provisionalmente la titularidad del poder Ejecutivo quien ocupe la presidencia del Congreso de la Unión. Y, dentro de los 30 días siguientes, el Legislativo deberá nombrar a un presidente sustituto para que concluya el sexenio.
Pero, es importante entender los efectos del resultado de la votación para la Revocación de Mandato: si no logran que se vaya, esto fortalecerá al Presidente, y le dará un segundo impulso; y, desde luego, todo lo anterior influirá en las próximas elecciones venideras de este año para gobernadores, que se llevarán a cabo en seis estados de la República y, éstas a la vez, en la sucesión presidencial; es una carambola de tres bandas, así es la política&
Recuerde que la política es un acuerdo permanente para vivir en armonía juntos, para reducir brechas, tender puentes y subsanar diferencias. La democracia es consultar al ciudadano. Usted tiene el poder para decidir por primera vez en la historia si el Presidente se queda o se va, ejerza su poder, usted tiene la última palabra. No apueste al abstencionismo, ¡eso sería una democracia de pacotilla!
P.D. Recientemente Carlos Medina, miembro del Consejo de los Sabios, subió al púlpito para pontificarles a los panistas, sobre el “deber ser”. Regañó, criticó y, entre otras moralinas, dijo que los gobiernos albiazules no deberían inmiscuirse con el Partido. Qué pronto olvidó la abrupta intervención de Salinas de Gortari para presionar al PRI, torturar psicológicamente al Congreso y encerrar al Gobernador de Guanajuato, para imponer a Carlos Medina como gobernador espurio. ¿Es ésta la democracia de la que él habla? La soberbia, nunca ha sido buena consejera.