Es común, en este tiempo, que cada año, desde el Poder Ejecutivo se dedique la exaltación a un personaje histórico, hombre o mujer. No vale la pena tratar de dilucidar quién y cómo se elige tal figura porque de sobra sabemos que el ocupante del Palacio Nacional ejerce dicha facultad.

Lo que se ignora, en no pocas ocasiones, es el por qué de tal  determinación y más cuando no se difunden profusamente los méritos reales o supuestos,del o la compatriota ponderados.

Estamos en el Año de Ricardo Flores Magón de quien, cierto estoy,  no se conoce siquiera superficialmente su historial y menos cuando ni el gobierno federal, a través de la Secretaría de Educación, ha tenido la atención de ilustrarnos respecto a esas páginas de nuestro  ayer o sea  del tiempo en que vivió y la obra realizada por el ahora exaltado.

Vale la pena, por lo tanto, espigar en ese pasado  para ilustrarnos un poco y reconocer, una vez más, el no declarado perfil ideológico de quienes nos gobiernan. 

Comencemos por recordar que Ricardo Flores Magón descansa en la Rotonda de los Hombres Ilustres, ahora llamada de Las personas ilustres, pues ya se incluye a las mujeres. Dicho espacio se ubica en el panteón de Dolores, de la Ciudad de México.

Este mexicano fue un anarquista, que, entre otros y muy arraigados afanes, tuvo el de pretender la segregación de Baja California para establecer allí la primer república socialista de América, aunque hay escudriñadores del ayer que suponen, dado que para el caso se asoció con varios y muy potentados norteamericanos, que la pretensión se encaminaba a anexar esa parte de México, a la Unión Americana.La primer propuesta en el Senado de nuestra República para llevar los restos de Flores Magón a la Rotonda, en tiempos de Avila Camacho, fue rechazada por la oposición fundamentada de los bajacalifornianos que, con las armas, se habían opuesto a la segregación de ese entonces territorio. Y habían triunfado. En el régimen alemanista fue declarado estado de la República. Luego, precisamente en el gobierno del primer presidente civilista, se puso oídos sordos a las bien fincadas argumentaciones para el NO y Flores Magón fue llevado a la Rotonda.

Para conocer el perfil ideológico de este personaje hoy vigente en los membretes y sellos oficiales y honrado por el gobierno de AMLO, transcribimos parte de un artículo que escribió y publicó en el periódico Regeneración, editado en Los Ángeles California, el 16 de octubre de 1915.

La pieza se llamó: “Las dos Banderas”.

“ATRÁS”-gritó colérica la bandera tricolor cuando vio que se levantaba delante de ella, en la trinchera proletaria, la bandera Roja; de los oprimidos; “atrás, trapo infame: yo soy la bandera de la patria”.

“La Bandera Roja onduló graciosa, bajo el sol espléndido, como movida por un soplo de gloria”.

“Atrás”, replicó la bandera tricolor, “doblégate ante el emblema nacional”.

“La Bandera Roja desplegó sus ondas al viento con la gentileza de una muchacha que abandona a la brisa el encanto de su cabellera”.

“Yo represento el honor nacional: yo…”

“¡Basta!” -dijo la Bandera Roja.”Lo que tú representas es la tiranía y la explotación. Eres la bandera burguesa, inventada por los burgueses y los tiranos, para que al defenderla el pueblo los defendiera a ellos y sus intereses cuando tengan necesidad de tu auxilio. A tu sombra medra el aventurero de todos los países y sufre hambre y necesidad el mexicano”.

“¡Calla,blasfema!”- gritó la bandera tricolor; “al defenderme los mexicanos defienden su honor y su libertad!”.

“La Bandera Roja, abrillantada por el sol,mantenía su brío enérgico, bajo el azul del cielo y era a la vez condensación de ansias, reto viril y promesa de libertad y de justicia”.

“¡Atrás, emblema de la canalla!”, prosiguió loca de ira la bandera tricolor.

“¡Alto ahí!”,dijo resuelta la Bandera Roja. “La canalla es esa turba de levita que te levantó. Los mexicanos al defenderte no defienden su honor y su libertad sino los intereses de sus verdugos. Como una prostituta has servido a todos los tiranos”.

Y así prosigue la obra de este personaje para degradar al Lábaro Patrio y exaltar el pabellón comunista. Las mayúsculas y signos admirativos con que pergeñó su obra, los hemos reproducido tal cual, con fidelidad para que reflejen el estado mental, de ánimo, pasional y convicción ideológica del autor, al que ahora se honra desde la sede del Poder Ejecutivo.

Resta precisar que en la Rotonda deben estar los restos de personajes diversos, no solamente de políticos, destacados en todos los sentidos e ideología o manifestaciones humanas; pero para tributarles el honor o no, que merecen, hay la urgencia de divulgar su obra.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *