Hoy con una sociedad dividida, confrontada y con una tendencia clara hacia la deshumanización a través del delito, se hace necesario revisar la forma de educar nuestros hijos.

En el 2018 escribí: Bajo el título “Método Heyser”, me llegó una copia escaneada de un hojita escrita,& hace 29 años.

En 1984 cumplía dos años de divorciado y vivía en el D.F. Por los caminos que toma la vida, me ofrecieron un trabajo en Mérida Yucatán; ante la oportunidad, valoré la disyuntiva que se presentaba: estar más lejos de mis hijos y/o continuar mi camino. Decidí aceptar el trabajo (Ya pensaba, en aquellas fechas, que vivir en una ciudad en donde el aire es veneno, es un contrasentido a la vida), por lo que fui a informar a mis hijos que me iría a Mérida y que los días de reunirnos cambiarían (Ellos vivían en Querétaro con su madre, una excelente mujer). Al conocer mi decisión, Santiago, de siete años en aquellas fechas, pidió irse a vivir conmigo; su madre sacó un mapa del cajón, lo extendió y señalando la distancia entre Querétaro y Mérida le dijo al niño: -Si te vas con tu padre, vas a estar muy lejos de tu mami y de tus hermanas (Soé y Tessy, un beso a cada una). El Santiaguín contestó de inmediato: -Pero si me quedo, no veré a mi papá.

Una vez tomada la decisión, vinieron días de tensión; el cambio de residencia y de trabajo, más la responsabilidad que implicaba encargarme yo solo de la formación de mi hijo, con las tareas asociadas: escuela, comida, salud, educación y diversión, etc., para que el niño creciera sano de cuerpo y mente. Quiero señalar que todavía no exhibía Hollywood películas como: “Kramer contra Kramer” con Dustin Hoffman, ni: “Que buena madre es mi padre”, con Al Pacino, que pudieron ser guía. También hay que tomar en cuenta que lo común era que la madre, en casos de separación, se quedara con los hijos, así funcionaba la sociedad en aquellas fechas&

El plan inicial era que yo me fuera solo, buscara casa y escuela, y después de un mes aprox., me alcanzara el pequeñín… Pero eso cambió, un día se presentaron en México el niño y su madre y propusieron que se fuera conmigo ¡De inmediato!; Santiago estaba emocionado y pedía estar conmigo para iniciar la aventura juntos, y juntos escoger escuela y hogar…

Hoy, a la distancia, con imágenes borradas por el tiempo, recuerdo una mezcla de estrés, adosado con amor y un sentido de aventura. La idea de ser totalmente responsable de la educación de mi hijo, tarea que había compartido durante trece años con su madre, me estremecía y me daba una sensación similar a la que uno siente al saltar al vacío de un trampolín ¡Un hueco en el estómago!

Con emoción recuerdo la forma solidaria con la que el Santiaguín me ayudó a empacar, los diálogos que sostuvimos día con día respecto al clima y los Mayas; también leíamos monografías de la península como una forma de prepararnos. Todavía recuerdo como, amigos que conocían Yucatán, me hablaban del calorón, de la actitud solidaria de los yucatecos y de que hasta en las calles encontrabas tarántulas, cosa que luego corroboramos ¡Era cierta!

Así, en forma natural, de los diálogos surgió la pregunta: ¿cómo cambiaría nuestra forma de vivir al estar solos?, por lo que en una hojita de papel cuadricula, escribimos juntos las reglas de convivencia:

1.- Orden total fuera de tu cuarto (su cuarto era su territorio). 2.- Si quieres ayuda, gánatela colaborando. 3.- Si tienes dudas y quieres orientación, habla con Papá. 4.- La escuela (Tus estudios) son 100% tu responsabilidad (Papá no va a hacer tus tareas) 5.- El dinero (La asignación semanal), sigue igual. (Vivir con papá no es por negocio) 6.- Respeto total a personas mayores. 7.- Volumen de música y televisión, siempre respetando a los demás. 8.- Nada de bromas y vaciladas al hablar de cosas serias. 9.- Nada de jugar con el teléfono (Es solo para comunicarse) 10.- Hablar con verdad (Siempre) 11.- Cero actitud de burla (Ante órdenes o en la relación con Papá y con otras personas), el respeto como base de las relaciones personales. 12.- Saludar y despedirse cortésmente (Actuar en forma educada) 13.- Siempre ser amable al contestar (Ser educado). Y adicionalmente: bañarse diario, comer todo lo que te dé, porque papá no sabe cocinar rico como mami, vivir con la verdad, sin arrogancia ni soberbia, siendo sincero en todo y actuando con responsabilidad para construir una sólida amistad entre hijo y padre& El correo en el que recibí la hojita escrita hace 29 años, me llegó con la leyenda: ¡Gracias!…

¡No!, no tengo la receta mágica para educar a nuestros hijos, lo que sí sé es que con una disciplina amorosa, las cosas funcionan y que, la clave en una relación formativa padre hijo, es escucharse con atención 5 minutos diariamente, si se puede más, pero nunca menos& ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión

Escritor y soñador

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