El presidente Andrés Manuel López Obrador ha anunciado que planteará una reforma electoral. Teniendo enfrente el cómo sacar adelante su “contra reforma energética”, la coalición del Presidente busca a como dé lugar, obtener la mayoría calificada para modificar nuestra Constitución Política. 
Es aventurado calcular si en los meses siguientes, AMLO conseguirá echar abajo la reforma energética del 2017, pues a pesar de no tener esa mayoría, ha dado instrucciones a Morena y sus aliados de que no hagan acuerdos con la oposición ni con el sector empresarial, para modificar lo que él considera debe ser el regreso al monopolio estatal en materia de energía.
Pero donde es seguro que tendrá altas probabilidades de ganar, será en la inminente reforma electoral. Haré un resumen de cinco aspectos que considero que podrá ganar AMLO frente a la opinión pública para esta reforma. 
El primero es con respecto a la disminución del tamaño del Congreso, es decir, reducir el número de diputados y senadores, anhelo ciudadano que la mayoría desea, pues somos tristemente el País con la mayor relación de parlamentarios con respecto a la población.
Este aspecto, tendría para las elecciones del 2024 un factor a favor de Morena pues de mantenerse las actuales preferencias electorales, podría tener nuevamente mayoría simple. El solo hecho de plantarlo, le dará al Presidente un amplio apoyo popular.
Un segundo factor que es probable que se presente, es la reducción de las prerrogativas electorales para los partidos políticos, reclamo añejo que ha sido exigido por organismos de la sociedad civil y la izquierda histórica. Solo que, en este aspecto, siempre se han opuesto en general todos los partidos políticos, pues les afecta el bolsillo en el cómodo estilo de vivir del presupuesto público. 
Pero ante un escenario de austeridad del gobierno federal y de hartazgo ciudadano con respecto a los políticos, el solo planteamiento que hará AMLO, también le acarreará aplausos y popularidad.
Un tercer elemento, será la desaparición o reducción de los OPLES, organismos electorales locales, que también ha sido un reclamo ciudadano, pues redunda funciones en 32 organismos, dado que existe el INE Instituto Nacional Electoral. 
Este punto tendrá también apoyo popular, al ampliarse las facultades del INE y optimizar los recursos públicos para organizar elecciones. Tendrá seguramente la oposición de los gobernadores de oposición, pues los OPLES, organismos públicos locales electorales, han tenido una fuerte influencia de los gobiernos locales en el control de las elecciones. Pero el solo hecho de desaparecer burocracias, también le dará apoyo y aceptación al Presidente.
Pero donde está el mayor elemento de discordia y de controversia (el cuarto), es la conformación del “nuevo” Consejo del Instituto Nacional Electoral, pues la propuesta de AMLO, es que sea por mecanismo de auscultación pública y esto puede llevar a que cualquier personaje -por siniestro que sea-, tendrá en su popularidad elementos para ser Consejero Electoral. Este factor será muy complicado de aprobar, pues los actuales mecanismos, de seleccionar0 a Consejeros- de acuerdo a su independencia de los partidos políticos y a su conocimiento de derecho electoral-, han garantizado neutralidad en el proceso. Frente a esto, la sociedad estará dividida, pero seguramente el Presidente en su estilo de pedir opiniones populares, podría llevar con este esquema a que AMLO tuviera el control del Consejo General y con ello, de las elecciones. Este sí es un aspecto crítico y que han hecho los gobiernos más autoritarios y los gobernantes más tiránicos.
El quinto aspecto controversial, será el inminente “voto electrónico” y para el cual está listo el INE hace años. Solo que este factor no lo planteará Morena y menos el Presidente, pues históricamente ha sido precisamente el factor controversial, pues la izquierda siempre se ha opuesto dado que parten del supuesto del “fraude” cuando ellos pierden elecciones.
 Y como el voto electrónico tiene complicados algoritmos y plataformas digitales, es imposible de verificar “en físico”, como el “voto por voto y casilla por casilla”. Pero de incluirlo, bajaría automáticamente el costo de las elecciones.
En resumen, estos cinco factores formarán parte de la propuesta de reforma electoral y tendrán como enfoque, que el Ejecutivo, AMLO, pueda restarle autonomía al INE y con ello, por fin, lograr lo que ha buscado desde siempre: regresar al esquema central e histórico que tuvo el PRI por décadas: controlar desde el Palacio Nacional, las elecciones, como lo hizo el gran protegido del Presidente, Manuel Bartlett para consumar el “gran fraude patriótico” de 1988.

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