Solía decirse que la solidez de México como país, cuando se nos consideraba una economía pujante (¿alguien se acuerda del “milagro mexicano”?), estaba anclada en la existencia de DOS instituciones IMPOLUTAS, cuya verticalidad y seriedad estaba más allá de toda duda: la Iglesia y el Ejército mexicano. ¿Seguirá siendo esto cierto hoy?

La Iglesia trae una que otra bronca con el tema de la pederastia, por lo que, sin haberse desmoronado, parece cuando menos haber perdido peso. Digamos que se encuentra golpeada, pero aún conserva algo de solidez.

¿Y nuestro Ejército? Obvio es que, sin generalizar, el hecho de que ande en nuestras calles de gendarme, de doctor, de repartidor, de constructor, de operador de empresas opacas, de administrador de aduanas y muchas otras chambas que este régimen le ha encargado, lo EXPONE a que sucumba al cáncer de la corrupción y a cierto desgaste asociado con un Gobierno que no destaca por eficaz.

El brillo de nuestro Ejército no es hoy el de antes Y MENOS aún cuando su comandante, el Secretario de la Defensa, lo politiza afirmando que son siervos incondicionales de la 4T.

Dejen ustedes, amigos lectores, a un lado todo eso: hoy vemos un GOLPAZO que ha sufrido la MARINA, considerada la “élite” de las Fuerzas Armadas mexicanas, al divulgar el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) un video que exhibe a elementos de la Marina manipulando el basurero de Cocula donde supuestamente fueron incinerados los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en septiembre del 2014.

El INÉDITO video parece sugerir que se dio premeditadamente una manipulación de una escena del crimen de los normalistas, indicando que la “verdad histórica” fue una vil invención de las autoridades de aquel momento: Peña Nieto, Murillo Karam, el General Cienfuegos y el almirante responsable de los marinos operando en Cocula, Rafael Ojeda. Las Netas de Peña no nos sorprende, y tampoco de un funcionario mediocre como Murillo Karam, pero la GRAN SORPRESA es la aparente falta de probidad e involucramiento de la MARINA en este sórdido episodio.

Al difundirse el video que muestra a la Marina destruyendo o plantando evidencia en una supuesta escena del crimen, el Presidente ordenó una investigación, por supuesto la menor de las reacciones obligadas. Pero, aun sin iniciar tal investigación, ya EXONERÓ a Ojeda afirmando que “él no tuvo nada que ver” con los hechos videograbados. Si aún no ha habido una investigación, ¿cómo puede SABER el Presidente si tuvo o no que ver en el MONTAJE encubridor de este hecho que deja súper mal parado al Gobierno anterior, pero más a nuestras Fuerzas Armadas?

¿Por qué la prisa por exonerarlo? ¿No sería más prudente esperar a que concluya la investigación antes de calificar su actuación en el 2014 en relación a los hechos relacionados con la lamentable desaparición de los 43 alumnos de Ayotzinapa?

El tema no es menor, recordemos que los normalistas, según versiones de testigos, fueron detenidos por policías locales y Ejército, y ENTREGADOS a un grupo criminal que operaba en la zona, que los asesinó. Lo cual indica COLUSIÓN de nuestro Ejército con los asesinos, de lo que se desprende un fuerte elemento de grave y apestosa CORRUPCIÓN.

El tiradero de Cocula es importante y su manipulación previa es CLAVE para esta investigación, pues la “verdad histórica” -hoy demostrada como puras patrañas- vendida por Murillo Karam y el Gobierno anterior es que los normalistas fueron incinerados ahí.

La actuación de los marinos en octubre del 2014 en Cocula demuestra que NINGUNA evidencia VÁLIDA pudo haber sido recogida ahí, dada la manipulación captada en ese video. Por lo tanto, la versión oficial es una MENTIRA armada para ENCUBRIR la actuación DOLOSA y criminal de las “autoridades” y de los elementos de la Marina que participaron en tal evento.

No podemos creer que OCHO AÑOS después de los acontecimientos aún no sepan la opinión pública mexicana y los DEUDOS de los normalistas asesinados LA VERDAD sobre estos hechos. Versiones van y vienen, cuentos, historias, rollos, pero entre más se le escarba a este asunto más suciedad brota. No queremos ser pesimistas, pero ya dudamos que algún día lleguemos a conocer la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad sobre este tema tan lamentable.

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