En nuestro país, en nuestro estado y en nuestra ciudad, tenemos un elemento adicional que impacta a la economía, a diferencia de otras naciones en el mundo. Me refiero a la violencia y a la inseguridad, principalmente relacionada con grupos criminales.
Nos golpeó sobremanera la pandemia, nos afecta gradualmente la invasión rusa en Ucrania, pero algo que nos daña incluso psicológicamente son las atrocidades de los grupos delictivos. Todo se refleja en la macroeconomía y al final en nuestro bolsillo.
Antes de la pandemia, para los expertos, las expectativas de crecimiento no eran muy buenas que digamos, pero con el coronavirus se fueron al traste. Hoy, por efectos del conflicto bélico, de un día para otro el pronóstico disminuye, nos decían que creceríamos al 4, luego al 2 y ahora al 1.2%.
La inflación esperada era máxima del 4%, pero a esta fecha de inicios de abril se sitúa en 7.29%.
Nuestros gobiernos federal y estatal tienen que usar el ingenio para paliar la afectación que tenemos en todos los órdenes, y los ciudadanos, independientemente del nivel que tengamos, hacer malabares para que esa inflación de más del 8% para los siguientes meses del año nos golpee lo menos posible.
En un artículo anterior comentábamos cómo la violencia y la inseguridad determinan la economía de un lugar. La inversión se aleja en la medida que crecen robos, homicidios dolosos, secuestros, extorsiones, desapariciones forzadas&
Lo que pasa en otros estados, donde el crimen se ha adueñado de pueblos y municipios enteros, debe ser ejemplo para que no se baje la guardia en Guanajuato y en León.
La producción y venta de productos como el aguacate, el limón y el durazno en distintas regiones de México se han visto mermadas por estos cárteles, mejor organizados que las autoridades. Son cientos y miles de millones de pesos lo que representan las pérdidas.
¿Cómo podemos enfrentar esas crisis? Con la inteligencia, la dedicación y las acciones que a cada quién le toca. Al Gobierno Federal enfocarse en paliar la problemática y aprovechar las necesidades que tiene el mundo.
Un ejemplo lo estamos viendo con los excedentes en ingresos que ha dado el petróleo.
Esas ganancias que no se habían visto, se propone, sean también distribuidas para las entidades federativas. Una de cal& que venga. Los industriales deben diversificar sus ramos en función de lo que más se esté necesitando en el mundo.
Que nos faltan fertilizantes que provenían de Europa oriental (digamos Ucrania), entonces enfocarnos en alternativas no solo que la sustituyan, sino que se puedan exportar.
En el estado de Guanajuato, no únicamente facilitar la inversión extranjera, especialmente la relacionada con el sector automotriz, sino reforzar a las industrias locales como la cuero-calzado, la textil y ante todo la agroindustrial.
Hace tiempo que no vemos a los gobernadores reunirse con el Presidente de la República. Nos enfocamos en la agenda temática que él va marcando en lugar de proponer soluciones a las problemáticas que nos aquejan.
En lo local todo es importante, como la obra social, la seguridad pública, pero especialmente apoyar económicamente a los emprendedores, a las micro, medianas y pequeñas empresas.
La recomposición del tejido social no debe ser ardid, se requiere incrementar la atención a los grupos sociales más desprotegidos para evitar que caigan en las garras y dientes de los criminales que los usan como carne de cañón en sus luchas.
Finalmente, como lo he propuesto en otras ocasiones, debemos de retomar valores que nos ayudarán como sociedad: la solidaridad, la empatía, el altruismo, la cohesión y la sinergia para enfrentar y superar las crisis en que estamos inmersos.
MTOP