Dicen que la soberbia es hija del cinismo, lo cual se comprueba al ver que las principales figuras de la 4T están haciendo una ostentación obscena de su poder. No reconocen límites, se saben impunes, se burlan de las autoridades y pueden mentir sin pudor alguno, empezando por el propio Andrés Manuel López Obrador.
La ley e inclusive la propia Constitución han sido puestas por debajo de los deseos presidenciales. El mandatario prometió cumplir y hacer cumplir las leyes, pero la realidad es muy distinta. Él mismo lo dijo en su mañanera: “No me vengan con el cuento de que la ley es la ley”. ¡Le salió del alma!
El cinismo como sello de la casa: es Hugo López-Gatell manejando la pandemia como si supiera más que todos los científicos del mundo. Es Adán Augusto López haciendo campaña ilegalmente, reventando su papel de interlocutor político. Es Claudia Sheinbaum encabezando un monumento al acarreo en el Monumento a la Revolución. Es Delfina Gómez sin sanción por haber cometido delitos electorales en Texcoco. Es Tatiana Clouthier agachándose ante la contrarreforma eléctrica.
Es también Félix Salgado, es Pío, es Felipa, es la casa gris de Houston… ¡ufff! La Cuarta Transformación terminó convirtiéndose en la Cuarta Ostentación.
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Por cierto, alguien debería avisarle a López-Gatell que ayer se registraron 12 mil 144 casos nuevos de Covid-19. No es por espantar a nadie, pero esto significa un aumento del ¡188 por ciento! respecto de los casos registrados el martes. En una semana, las cifras de contagios se volvieron a disparar, llegando al triple del miércoles anterior. A ver para cuándo reacciona el subsecretario.
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Vaya, vaya, la Presidencia de la República anunció que va a destinar el 25 por ciento de su gasto en publicidad para, supuestamente, subsidiar el gasto de seguridad social para periodistas. ¿Dinero en efectivo a los reporteros? En otros tiempos eso tenía otro nombre.
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Todos los ojos estarán puestos hoy en la Suprema Corte, donde se decidirá si sigue adelante o se le baja el switch a la Ley de la Industria Eléctrica, o mejor dicho Ley del Monopolio Contaminante. La presión sobre los ministros es fuerte, tanto que ayer los visitó (no piensen que para intimidarlos) el secretario de Gobernación.
Sin duda, el Gobierno federal se juega hoy una de sus prioridades: acabar con el mercado eléctrico y volver a un esquema estatista. Y también para la Suprema Corte sería un día crucial: se juegan defender su autonomía y su papel de garantes de la Constitución… o quedar como fusibles quemados del Presidente.