TODO INDICA que la votación de hoy en la Cámara de Diputados es sólo un montaje de Andrés Manuel López Obrador, pues el Presidente sabe que no tiene los votos para aprobar su reforma energética.

Y TAL PARECE que la aprobación es lo que menos le importa y, en realidad, lo que el mandatario quiere obtener es un nuevo ariete político para golpear a la oposición.

EN LA 4T tienen claro que la reforma es una quimera, empezando por la contundente oposición de Estados Unidos y Canadá, pero también por la incapacidad real de la CFE para asumir el paquete, y por el tsunami de litigios, malas calificaciones y retiro de inversiones que desataría.

ES RESUMEN: la contrarreforma es inviable y el Presidente lo sabe, pero no quiere cargar con el costo político de echarse para atrás.

DE AHÍ que le urge que la oposición la rechace para que mañana mismo desde Palacio Nacional inicie el golpeteo político a la voz de “quienes votaron en contra son ¡traidores a la patria!”… y de ahí a las elecciones de 2024, esa será la cantaleta diaria.

PARECE tan obvio y burdo el montaje que, si por alguna razón, los legisladores opositores no llegaran hoy a San Lázaro, doble contra sencillo a que Morena y sus secuaces no se atreverían a aprobar “La Quimera Eléctrica”.

AHORA que Pablo Gómez anda tan interesado en las cuentas del INE y la consulta de revocación de mandato, a lo mejor en su calidad de titular de la UIF podría echarles un ojo a varios posibles desvíos de recursos públicos.

POR EJEMPLO, de dónde sacaron una agrupación civil sin patrimonio o una contratista de la CDMX el dinero para pagar miles de espectaculares para promover el apoyo a AMLO.

Y YA METIDOS en gastos, la UIF tiene todas las facultades para investigar si los costos asociados del uso de un avión militar para llevar y traer a Adán Augusto López a mítines políticos, es o no un abuso. O ante esas cuentas, ¿Pablo Gómez es puro cuento?

QUIEN se soltó el cabello y se aflojó el bigote fue el hidalguense Omar Fayad, quien cambió el traje de gobernador para ponerse… ¡el de DJ! 

AL RITMO de punchis punchis, el mandatario acompañó a sus hijos a una popular discoteca de Pachuca, en donde más de uno se sorprendió al verlo manejar las tornamesas.

ASÍ ES QUE, si al término de su sexenio no se va de embajador como por ahí dicen, bien podría terminar en el festival Coachella. ¡Y súbale el volumen!
 

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