El aeropuerto Felipe Ángeles se inauguró precipitadamente: sin el aval de seguridad internacional, sin vías de acceso, prácticamente sin vuelos y, en consecuencia, sin pasajeros. Ya pasó más de un mes y la terminal es como un pueblo fantasma. La cifra de usuarios y aviones que mueve la terminal de Santa Lucía es ridícula para una ciudad de 20 millones de habitantes.
Normalmente, cuando se inaugura un aeropuerto en una metrópolis, hay un apetito enorme de las aerolíneas por usar sus instalaciones: compiten para conseguir espacios de aterrizaje y despegue. No sucede así en el AIFA. Es tan malo que, personalmente, el presidente del país ha tenido que hablar con los dueños y directivos de las líneas aéreas para presionarlos y convencerlos de que usen su aeropuerto. López Obrador lo ha confesado abiertamente en varias mañaneras, incluyendo la de ayer.
El AIFA va que vuela para elefante blanco, para tiradero de dinero. Pero en su momento, la ceremonia de inauguración le sirvió al presidente para obtener oxígeno político tras el escándalo de la lujosa “casa gris” de su hijo en Houston, la disparada carestía y la creciente inseguridad.
Y como le sirvió, está cerca de repetir la dosis, y de forma más descarada:
El 2 de julio se “inaugurará” la refinería de Dos Bocas. El presidente prometió en un sinnúmero de ocasiones que ese día estaría refinando el primer barril de petróleo. Eso no va a suceder: si se inaugura algo van a ser las oficinas de la refinería y máximo iniciarán las fases de prueba para ver si en un futuro se puede refinar.
Pero para el presidente y su nutrida legión de propagandistas va a ser como si la refinería funcionara y ya estuviera vendiendo combustibles a gran escala. Tratarán de venderle al público ese cuento y no escatimarán en show para acuerpar su mentira.
El escándalo paralelo será el costo real de Dos Bocas. López Obrador prometió que la refinería costaría menos de 8 mil millones de dólares. No lo cumplió. Entonces empezó a hablar de que por culpa de los mercados internacionales el costo había subido a 9 mil millones de dólares. También es mentira. Los documentos presentados ante el Consejo de Administración de Pemex ya admiten que el costo de Dos Bocas se disparó a más de 12 mil millones de dólares& hasta ahorita.
Podemos llevar la cuenta regresiva: faltan 65 días para que, según la promesa del presidente, se refine el primer barril de petróleo en Dos Bocas. Veremos.
SACIAMORBOS
Cuentan que, para mantenerse en el cargo, quiere reabrir el caso Colosio en coqueteo con la oposición, y que ya tiene una carpeta de Adán, una de Andy y dos de José Ramón. Diría el clásico: lo bonito de esto es lo feo que se va a poner. Y es entre ellos. Solitos.