Era el 17 de diciembre de 1903, cuando tuvo lugar el primer vuelo, de 12 segundos, de un avión tripulado. Pero la saga, con motivo de la innovación que iba a producirse, comenzó meses antes, cuando los hermanos Wilbur y Orville Wright se apersonaron el 22 de mayo en la Oficina de Patentes para registrar el aeroplano, como un invento de ambos. Hay que tomar nota de este trascendente detalle. La innovación tiene un marco jurídico, que debe de solventarse, para ser reconocida como tal: la patente. 

Fueron solo 12 segundos de vuelo. Pero antes los ingenieros Wright llevaron a cabo cientos de pruebas de sus distintos diseños de planeadores. Calcularon con gran precisión la forma de la hélice que se necesitaría para propulsarse y seleccionaron el motor óptimo, el de combustión de 12 caballos de potencia. Gran parte de las ideas en juego fueron inspiradas en los aportes del ingeniero alemán Otto Lilienthal, formado en la Real Academia Técnica de Berlín, y de Octave Chanute, ingeniero franco-americano con estudios en el Collège de France. Éste identificó que el principal reto era resolver los problemas de estabilidad de la nave voladora. La ingeniería necesaria para ello acercó a Chanute con los hermanos Wright, que pudieron remediar el problema del empenaje vertical y lograr, por fin, la estabilidad del aeroplano. 

Fueron solo 12 segundos. Pero detrás de este proyecto estaba todo un desafío de ingeniería para imitar el vuelo de las aves, y superarlo, hasta llegar al avión hipersónico y a las aeronaves repletas de pasajeros, que vuelan de un continente a otro en cuestión de horas. La apuesta de esta ingeniería ha sido extraordinaria, repleta de innovaciones trascendentales para la historia del desarrollo de la humanidad. 

Ahora, 118 años después de ese primer vuelo, el Gobernador del Estado de Guanajuato en un evento preparado para festinar a nuestra entidad como “El Valle de la Mentefactura”, presenta el prototipo de un avión monomotor biplaza, “totalmente desarrollado en Guanajuato”. 

Nuestros hermanos Wright guanajuatenses han fabricado una nave que puede volar hasta 6 horas y llegar a Aguascalientes, Querétaro e incluso Yucatán (según información de AM). El gobernador luce orgulloso de anunciar tal hazaña.

No escatimamos los méritos del promotor y los ingenieros que participan en ese proyecto. Pero debemos ser contundentes en señalar la manipulación gubernamental, que pretende confundir y distorsionar el concepto de innovación con el de mentefactura. Así han publicitado la idea mentefacturera como si fuese el descubrimiento abajeño más significativo de esta década, intentado popularizarlo, aun cuando es confuso y poco preciso. 

Como cuenta la historia tras el vuelo inaugural de Orville y Wilbur, las capacidades de la ingeniería para resolver problemas de vanguardia, es lo que conforma un hecho innovador trascendental. Sin ingenierías avanzadas no existirá capacidad alguna para llevar a cabo proyectos de cambio radical. En Guanajuato no contamos con ello. Podrán ser buenas ideas, pequeños cambios en métodos de fabricación, embalajes, algo de diseño industrial, modelos de utilidad, basados, según señala el Gobernador, en las llamadas “patentes libres” (fundamentadas en el art. 22 del viejo Reglamento de la ley de Propiedad Industrial. Patentes abandonadas, desechadas, a las que se les negó la protección como derecho de propiedad industrial; ojo, lo contrario a la innovación).  

Los verdaderos inventos surgen de manera diferente, requieren de profesionistas de otra dimensión que no pueden formarse en Guanajuato. El tipo de innovación al que me refiero, por ejemplo, está en Querétaro, en “GE Infraestructure”, el centro de investigación y desarrollo de turbomaquinaria y sistemas de generación de energía de General Electric. Solo hay un par más de ellos en Alemania e India, el de nuestro estado vecino es el más grande del mundo fuera de Estados Unidos. Allí trabajan cientos de ingenieros que desarrollan la nueva generación de turbinas que moverán a la industria del transporte aéreo y diseñan nuevos avances de aviónica, que es la aplicación de la electrónica a la aviación. Allí sí está el futuro.

Por lo pronto, si usted quiere fabricar un avión, puede recabar planos y orientación en la página de Wiki How. También en YouTube obtendrá información para construir aviones desde 600 dólares. Hay muy poca innovación en todo esto, salvo que nos muestren múltiples patentes que sustenten el modelo de avión totalmente guanajuatense, así como lo hicieron, en su momento, los hermanos Wright. 

Pregunta incómoda: ¿cuántas patentes ha producido Guanajuato, que estén siendo comercializadas? Que nos lo digan, se agradecerá la información.

 

 

 

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