La influencia de la política en la economía de los países es un mal necesario, pero no existe un sistema socioeconómico sin la relación biunívoca con un sistema político.

Nuestro interés en el tema de la Reforma Electoral debe ser alto, de manera independiente de que sepamos que no será aprobada por una mayoría calificada en el Congreso de la Unión.

La encuesta del periódico El Financiero, sobre la Reforma Electoral, nos revela aspectos como el consenso de que se reduzca el número de congresistas. La iniciativa es que sean eliminadas 200 curules y quitar 32 senadurías plurinominales.

La mala fama de los políticos produce que esta propuesta sea bienvenida en la psique popular, además del ahorro en el aspecto económico.

Diputados morenistas indicaron que nunca se pretendió eliminar al INE, solo que cambiara de nombre al de Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), aunque todos sabemos que una elección popular de consejeros electorales, terminaría del todo con lo que actualmente es este Instituto.

Lo curioso es que 71% de encuestados sí está por la afirmativa de que las autoridades electorales sean elegidas por medio del voto popular.

Otro aspecto importante es el nivel de aceptación y reconocimiento al INE por parte de la población, con un 65%, incluso por encima de la aceptación y popularidad del Presidente de la República.

La “contrapropuesta” del PAN no tuvo mucha aceptación sobre una segunda vuelta presidencial. El rechazo es del 58%.

Lo que deja en claro para tranquilidad de la mayoría de los mexicanos, es que únicamente 22% de los encuestados estarían de acuerdo en que una Posible Reforma Electoral no debe darle más poder al Presidente “para que tenga la posibilidad de transformar al país”.

El 75% de los encuestados opina que el principal objetivo de una posible Reforma Electoral es el fortalecimiento de los derechos y libertades de los ciudadanos.

Sin duda, un tema que todos los días es del interés de la población es el económico. El precio de los productos de la canasta básica, y no básica, no ha podido ser controlada a través de un Acuerdo Nacional.

De ahí, es que Banxico, para controlar esa inflación desbocada, elevó la tasa de interés al 7%, según los que saben, son 50 puntos básicos para alcanzar ese nivel respecto del que tenía hace una semana.

Los factores que influyen en la inflación son “multifactoriales”, valga la redundancia. Van desde el nivel de crecimiento que tenemos en el país, los efectos de la pandemia y la geopolítica internacional, léase, principalmente la invasión rusa a Ucrania que va rumbo a los 100 días.

El conflicto bélico ha estado determinando el movimiento de las bolsas de valores en el mundo. Cada acción en la zona de conflicto y cada declaración de los participantes y otros actores secundarios, impacta en la macro y la microeconomía.

Con la invasión, los precios de las materias primas se han disparado, especialmente el petróleo, los productos agrícolas y los metales. A primera vista la crisis energética beneficia a México, como productor de petróleo, pero esto ha sido solo un factor relativo, que sí ha beneficiado a México y dependerá de su capacidad de producción.

Lo malo es que cuando sube el precio del crudo, se produce un efecto en toda la cadena productiva que finalmente viene impactando incluso a los países petroleros, ya que dependemos de insumos de otros países que han subido sus precios.

En México, una verdadera alianza de sectores productivos y los gobiernos, es indispensable para paliar la inflación. Dependemos de buenas voluntades y de una efectiva supervisión e intervención de la Profeco. Esperemos.

 

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