¡UY!, SAQUEN los pañuelos porque va a empezar el drama de los morenistas, ahora que el INE abrió una investigación contra Claudia Sheinbaum.
EL COLMO es que la precandidata presidencial pretende negar lo evidente: ¡que ya anda en campaña! Y más ahora que siente pasos en la azotea con las señales a favor de Adán Augusto López.
EL ASUNTO de fondo es que el INE está recordándoles a los dirigentes de la 4T que la ley también aplica para ellos… aunque no les guste. Desde el presidente de la República hasta el más modesto promotor del voto, los morenistas se han caracterizado por su desdén hacia el marco legal electoral. Ahí están como muestra todas las veces que violaron la veda por elecciones o por revocación de mandato.
A ESO se suman los fallos del Tribunal Electoral que ordenaron revertir los recortes presupuestales al INE y al IECM que tanto festejaron desde el obradorismo, pese a que eran ilegales. Por eso le urge al gobierno apoderarse de los organismos electorales: para hacer a un lado la ley y que nadie le diga nada.
COMO si en Michoacán no tuvieran suficiente con el derecho de piso que cobran los delincuentes usuales, ya también empezó a hacer lo mismo el sindicato minero que encabeza Napoleón Gómez Urrutia.
EL GREMIO que dirige el senador de nacionalidad canadiense estalló la huelga, ni más ni menos, que en la siderúrgica Arcelor Mittal, ubicada en Lázaro Cárdenas. El motivo de las banderas rojinegras suena más bien a extorsión.
RESULTA que la empresa pagó a sus empleados un reparto de utilidades equivalente a tres meses de sueldo, que es el máximo que establece la ley. Sin embargo, el sindicato minero -¡qué raro!- dice que no está de acuerdo con esa ley y que quiere más dinero.
NO ES extraño que el sindicato pretenda obligar a la empresa a hacer lo contrario a lo que dice la ley, dado que esa es la costumbre de Napoleón Gómez Urrutia. Como cuando asumió el cargo de senador, sin haber renunciado a la ciudadanía canadiense, pasándose la Constitución por el arco metalúrgico.
LOS OJOS del priismo están volteando a ver a Rubén Moreira, pues dicen que su apoyo o repudio será fundamental para que Alejandro Moreno siga como presidente del PRI.
PARA NADIE es secreto que el coahuilense y el campechano decidieron hacer equipo, con lo que uno llegó a la dirigencia tricolor y luego nombró al otro como coordinador de los diputados priistas.
SIN EMBARGO, con todo y que “Alito” se blindó reformando a su gusto los estatutos del PRI, la realidad es que su posición en ese partido es ya insostenible. Varios tricolores de peso dicen que, en este punto, Rubén Moreira podría apuntalarlo como un dirigente repudiado, o bien, darle la puntilla y obligarlo a dejar el cargo. Decida lo que decida, será un camino sin retorno y la suerte estará echada para el priismo. ¡Vaya dilema!