“Cuida los pequeños gastos, un pequeño agujero puede hundir un barco.”
B. Franklin
Las contradicciones y absurdos ya son crueles, inhumanos. Enterrar en Texcoco -alrededor de 400 000 mdp- y decenas más de desvaríos. El concepto de riqueza de la 4T está torcido.
¿Por qué algunas naciones son prósperas y otras no? Durante siglos se pensó que los recursos naturales determinan la riqueza. Pero la historia desmintió la tesis. “El camino hacia la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro” B. Franklin. Grandes imperios como España, cayeron en las riquezas engañosas: el oro y la plata. Los cambios avasallaron. El comercio y después la industrialización, se impusieron generando más prosperidad. La ciencia mostró cómo generar riqueza y prosperidad. Se evidenció: el cimiento es la educación, el capital humano. Aquí la desprecian. En el siglo XX, los servicios sorprendieron de nuevo: gran motor. Los espejismos y tótems han sido muchos y algunos todavía los veneran: el carbón o ahora el litio, no digamos el petróleo.
Los noruegos sí han sabido aprovecharlo. Su fondo petrolero hoy acumula 1.3 billones de dólares. Son sólo 5.4 millones de habitantes con 200 000 euros por cabeza detrás, para su futuro. Por ley México debería estar ahorrando los excedentes petroleros en el Fondo Mexicano. En el presupuesto está en 55 dlls pero en el mercado a 105. De los países nórdicos, campeones en desarrollo humano, dos no tienen petróleo. Su agricultura es pobre, igual que en Japón. ¿Cómo prosperaron? Trabajando y ahorrando. Aquí se instaló el simplismo: acabar con la corrupción y los lujos del gobierno y habrá prosperidad. Pero el botín de los 500 mmdp era otro engaño. A la larga de poco hubieran servido. La corrupción -ahora guinda- galopa. El país no crece. Los símbolos se convirtieron en un ridículo. El presidente vive en un Palacio y el avión da risa.
“Ahorrar no es sólo guardar, sino saber gastar”, Refrán popular. No a los lujos, pero las burocracias profesionales no son. Los errores gubernamentales le cuestan al ciudadano. Los nuevos programas han traído muy pocos beneficios por falta de criterios profesionales y científicos. El empobrecimiento de los mexicanos desgarra. Los retiros de las AFORES desnudan una tragedia. Los fondos de ahorro que teníamos -sobre todo el de Gastos Catastróficos- se desvanecieron. Más pobreza para las familias que sufren. “Mientras puedas, ahorra para la vejez y la necesidad, porque el sol de la mañana no dura todo el día” B. Franklin. Las pensiones caminan al colapso. La población envejece, la esperanza de vida se desplomó. Criticar a los “ricos” y amenazarlos, ahuyentó a las inversiones que tanto necesitamos, otra merma al ahorro. Hay empresarios frívolos, sin duda, pero también los hay austeros, serios y consorcios ejemplares. Simon Schama, el gran historiador inglés, ha tratado el tema. En EU (The Men Who Built America, BBC) y su texto sobre la austeridad y el ahorro de la naciente burguesía en los Países Bajos, The Embarrassment of Riches. La 4T ha tirado mucho dinero de los mexicanos, ha inhibido la inversión, no sabe lo que es el ahorro real. Traer 200 pesos en la bolsa y la “pobreza franciscana” sublevan a la inteligencia.
El horario de verano se concibió hace más de un siglo, B. Franklin impulsó la idea. Las Guerras Mundiales lo impusieron por necesidad. Llegamos tarde, 1996. Las cifras de ahorro no dejan duda: hasta 1500 mdp; 500 mil toneladas de dióxido de carbono; el consumo de casi 600 mil hogares o más de 8 millones de lámparas prendidas 24 horas, todo en un año (FIDE). Para la 4T esos impactos no son significativos. Lo más grave es la ética subyacente: desprecian el ahorro real.
Pero la mayor riqueza de un país son sus instituciones. No hay mineral más valioso que la certidumbre. También las desprecian.
Ahorro, trabajo, educación, ciencia e instituciones están en la voluntad, en la cultura. La ignorancia conduce al desprecio.
Los desprecios nos ahogan.