EN LA Suprema Corte de Justicia hay inquietud por lo que dicen que es un muuuy evidente conflicto de interés de Yasmín Esquivel Mossa. Resulta que la presidenta de la Segunda Sala atrajo un caso que ni le correspondía. Y lo peor no es eso.
LO MÁS GRAVE es que el proyecto de sentencia de la ministra busca beneficiar, ¡agárrense!, a quienes fueron socios de su esposo, el ingeniero José María Rioboó; y con los que ha mantenido relaciones desde hace décadas. Se trata de la empresa Pinfra, que surgió de lo que fue la constructora Tribasa.
NOMÁS para darse una idea desde dónde viene la relación, Rioboó y Tribasa, junto con Bombardier, ganaron en 1993 una licitación de 640 millones de dólares -¡de los de entonces!- para construir lo que iba a ser el Ecotrén, de Tlalnepantla a Bellas Artes, un proyecto que al final se descarriló.
ACTUALMENTE Pinfra tiene un gran adeudo con los dueños reales de las tierras, en la zona de La Marquesa, donde construyó el tramo adicional de cuota de la autopista México-Toluca. ¿Y quién creen que puede salvarlos del pago? Exacto: la ministra Esquivel.
FALTA VER si sus colegas Loretta Ortiz, Javier Laynez, Luis María Aguilar y Alberto Pérez Dayán se ponen del lado de la ley o del conflicto de interés.
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¿Y CÓMO va la seguridad en México? Bien, muy requetebién, con ¡91 asesinatos por día! en promedio. “No soy Felipe Calderón”, dijo Andrés Manuel López Obrador y tiene razón: su gobierno ya superó el número de homicidios que se registraron en el sangriento sexenio del panista. Más lo que se acumule de aquí al 2024.
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¡Y QUE los deja en visto! En una maniobra interesante para tener contacto con la gente, Marcelo Ebrard hizo público un número teléfono para recibir mensajes por WhatsApp. Pero, ¡oh, sorpresa!, varios de ellos lo único que recibieron fue dos palomitas azules y ninguna respuesta del canciller.
A LOS QUE sí les puede contestar, de paso, les pidió todos los datos posibles. Sería bueno saber si el INE y el INAI están de acuerdo en que el funcionario ande solicitando información personal para su campaña en busca de ganar la encuesta de Morena.
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EN EL COLMO de la autopromoción, el responsable de la construcción del Tren Maya, el tabasqueño Javier May, no se preocupa por todos los problemas de la magna obra presidencial, sino por tratar de aprovechar para que se vea su nombre… con cargo al erario.
POR INCREÍBLE que parezca allá en el sureste de la República ya se han visto varios letreros en los que se lee: “El Tren May-a va”, en una obvia y muy poco creativa alusión al funcionario federal. ¡Pero qué necedad, perdón, necesidad!