Será melón o será sandía, o quizá la visita del viejo del otro día, pero el hecho es que, tras la visita del enviado presidencial norteamericano, el zar del cambio climático, John Kerry, pudo apreciarse un cambio en la actitud presidencial del señor López hacia la inversión y el sector privado.

Primero, el Mandatario apareció sin haber estado anunciada su presencia en la comida del jueves pasado en el Consejo Mexicano de Negocios. Esto en tono conciliador y en apariencia dispuesto a escuchar, si no reclamos, cuando menos sí peticiones de los miembros de este órgano consultivo empresarial.

Escuchó que en México se requiere CONFIANZA, CERTIDUMBRE y CLARIDAD en las reglas del juego, que no haya cambios en éstas, y que se ponga un freno definitivo al clima de violencia que vivimos en grandes zonas del País. Esto también ante la presencia del Embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, quien afirmó que difiere con AMLO, “pero tienen buen diálogo”.

Mas lo anterior NO ES EL ÚNICO CAMBIO NOTABLE en el discurso presidencial. Post la visita de Kerry, el Presidente anunció, por parte de su Gobierno, UN PLAN de energías LIMPIAS.

Que invertirán en un parque de energía solar en la frontera para venderle energía eléctrica a California, igualmente otro parque de energía eólica, esto en colaboración con DIECISIETE EMPRESAS NORTEAMERICANAS, prometiendo además que para el 2024 el 35% de toda la energía generada en México sería LIMPIA.

Cabe hacer notar que éste es el mismo Presidente López que días antes había declarado que Estados Unidos se equivocó por apostarle al auto eléctrico y no al petróleo. O el que se tomó una foto frente a turbinas eólicas declarando que su presencia le parecía una afrenta. Es el mismo que tiene apuntada una pistola a la generadora de energía española Iberdrola a la que obligó a cerrar su planta de Dulces Nombres, y le inventó una multa por 9 mil millones de pesos.

Estas actitudes contrastantes motivan a muchos a preguntar: ¿quién es el verdadero AMLO? ¿El que está en contra o el que está a favor? ¿El que está rabiosamente en contra de la inversión privada en energía, o el que de la noche a la mañana se convierte en el campeón de la energía limpia?

¿Acaso causó tanto impacto en él la visita de Kerry que lo convenció de meter reversa en su rabiosa postura antienergía limpia? ¿Qué tuvo que decir, prometer o amenazar Kerry como para inducir un cambio tan notorio en la actitud presidencial?

Siempre se ha dicho que es de sabios cambiar de opinión, quizá lo que aquí resulta importantísimo dilucidar es si este cambio es una pose temporal para aliviar alguna presión del exterior, o si realmente se trata de un cambio de rumbo real y sostenido por parte del Gobierno mexicano. Si es temporal pronto se notará por aquello de que podrá uno sacar al tigre de la jungla, pero nunca le sacarás la jungla al tigre.

Partiendo de la base del mismo dicho presidencial a sus colaboradores: “recuerden que todo lo que yo hago es político”, nuestra apuesta es a que este aparente cambio es sólo una respuesta temporal, improvisada, con el fin de extraerse de algún apuro político en el que lo colocó el enviado del Presidente norteamericano.

Por ejemplo, se sabe que ya hay LITIGIOS comerciales contra México dentro del T-MEC por parte de empresas norteamericanas por la nada despreciable suma de TREINTA MIL MILLONES DE DÓLARES por daños y perjuicios. Es posible, incluso probable, que Kerry le haya anunciado al presidente López que si México no cambia de actitud podrían desencadenarse más demandas contra el Gobierno mexicano.

Pudo también haber portado el enviado Kerry adicionales mensajes, peticiones o recados de parte del presidente Biden, quien debe estar aún dolido o resentido por la ausencia del presidente López a la Cumbre de las Américas.

Ahora que para México lo ideal sería que este viraje repentino que ha dado el Presidente sea producto de la convicción, que ahora -por fin- ya esté en la certidumbre que es importante para nuestro País y su población REDUCIR la contaminación que generan las energías fósiles, como el CARBÓN y el COMBUSTÓLEO. Esto, mis amigos, sería la MITAD de la ecuación. La otra mitad es que el Presidente esté de acuerdo, en concordancia, con la idea de que en la generación de energía limpia puedan participar el sector privado, el nacional y el extranjero, incluyendo el español, contra el cual alberga una muy peculiar e irracional tirria.

Para enderezar el rumbo errado que lleva el Gobierno de México se requieren AMBAS cosas: creer en la energía limpia y creer en la enorme aportación del sector privado en este rubro. Ello porque no hay tal cosa como un MONOPOLIO limpio, como tampoco el que hombres de 80 años anden en bicicleta sin riesgo de caerse.

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