López Obrador, electo por 30 millones de mexicanos, o sea, menos de una tercera parte del Padrón Federal Electoral integrado en 2018 por 93 millones 676 mil 029 ciudadanos, podría poner un predicamento histórico a la nación de ser válido el rumor de sacar a México del T-MEC el próximo 16 de septiembre. ¿Insensato? ¿Aberrante e irracional? Los mismos cuestionamientos se hicieron cuando canceló en una encuesta espuria a mano alzada, el NAICDMX.
Recordemos que López Obrador envió el acuerdo del T-MEC al Senado a finales de mayo de 2019, exhortando su aprobación que afortunadamente se dio en términos inmediatos. Para AMLO fue “una muy buena noticia” porque significaba más inversión extranjera, más empleos y garantías comerciales para nuestras mercancías en EU. Tan lo fue que viajó a Washington para ratificarlo ante Trump.
México ya había superado a Canadá como el principal socio comercial de EU y en el mayor mercado para los productos estadounidenses. Alrededor de 1700 millones de dólares en bienes cruzaban a diario la frontera sur de EU en ambas direcciones.
Sin embargo, a lo largo de 3 años después, empresas extranjeras y nacionales, comprueban como AMLO incumple lo pactado no solo al enviar iniciativas de ley para garantizar que Pemex y CFE, disfruten un monopolio reñido con el T-MEC, sino que ha desmantelado a los institutos reguladores para suspender ilegalmente licencias de operación, lo que ha impactado a compañías de energías renovables y, por lo tanto a consumidores nacionales, por lo que EU y Canadá han iniciado un procedimiento para defender a sus empresas, política que, por las mismas razones, se sumará la Unión Europea.
AMLO ha declarado, que “México es un país independiente, no es colonia de nadie y el Presidente de México no es títere, ni pelele de ningún gobierno y que son “traidores a la patria” quienes critican su política energética.” “El 16 de septiembre vamos a fijar nuestra postura sobre este asunto. Pero no vamos a ceder, porque es un asunto de principios, tiene que ver con nuestra soberanía.”
¿Cómo? Nuestra soberanía no está en juego ni nuestros socios del tratado pretenden apoderarse de nuestro petróleo. Se discuten, eso sí, los términos legales de explotación de nuestros recursos naturales, términos que están consignados en el T-MEC, así como los procedimientos para dirimir controversias en un plazo no mayor a mayo del año entrante.
Si México perdiera la moción (y la perderá), las sanciones arancelarias se podrían elevar a 30 mil millones dólares para indemnizar a los inversionistas extranjeros, un terrible daño económico y social para nuestro país.
Solo que si el planteamiento de AMLO consistiera en proponer al público reunido en el zócalo capitalino la realización de una consulta a mano alzada como la que llevó a cabo para destruir el AICDMX, y pidiera la opinión popular en el sentido de continuar o no con el T-MEC, la debacle adquiriría dimensiones de horror en la vida de la nación. Ni un novelista alucinado podría imaginar las dimensiones de la catástrofe.
La sola propuesta aterrorizaría a los mercados, propiciaría fuga de capitales, mayor a la que ya se ha dado, advendría la inflación, suspendería el arribo de más inversiones, se desplomaría aún más el precario crecimiento económico, se lastimarían nuestras exportaciones agrícolas, se estimularía a emigración campesina a EU, se deprimiría aún más la generación de empleos y se desplomaría la recaudación federal y local, entre otros muchos daños colaterales adicionales como los perjuicios en materia de competitividad por el precio de la energía, además de los ecológicos.
Si se trata de dirimir controversias legales, espero que se acepte civilizadamente el resultado de modo que no se le impongan sanciones a México. Ahora bien, si AMLO llega a proponer la salida del T-MEC aun cuando carece de facultades para ello, al ser el senado con mayoría calificada el facultado para acordarlo, la sola declaración tendría dramáticos efectos monetarios, económicos y sociales.
La salida de México del T-MEC, sería la quiebra de nuestro país. Solo espero que se trate de un rumor infundado en la era de los fake news.